Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 1156

“¡Dije que no quiero ver a nadie! ¡Déjame en paz!”.

Lorraine, que estaba sentada en su cama de hospital, gritó histéricamente mientras le arrojaba una taza a Charlotte.

Charlotte se apartó apresuradamente y la taza se hizo añicos después de estrellarse contra la pared.

Al mismo tiempo, dos enfermeras se pararon frente a Charlotte. “Señora, la Señorita Larson está muy inestable de momento. Ella no quiere ver a nadie, así que por favor retírese”.

Justo cuando Charlotte estaba a punto de decir algo, Lorraine, quien finalmente vio claramente la cara de Charlotte, la interrumpió. “No la detengas. Déjala entrar”.

Las dos enfermeras se miraron sorprendidas y luego se apartaron del camino de Charlotte, tal como les pidió.

“Está bien. Pueden esperar afuera. No entren hasta que yo se los pida. Tengo algo que decirle”.

“Está bien, Señorita Larson. Recuerde llamarnos si necesita algo”.

Las dos enfermeras luego salieron de la sala y cerraron la puerta.

Charlotte se acercó a la cama y miró el rostro demacrado de Lorraine con sus ojos puros y brillantes.

“Garrison me dijo que te negabas a todos aparte de mí, así que, ¿qué quieres decirme?”.

Lorraine la miró inexpresivamente, su mirada tan fría como el hielo y tan resentida como una serpiente.

“Lo que debería haberse dicho entre nosotras se dijo y se hizo hace cuatro años, así que no hay mucho que decir ahora. De hecho, tan pronto como escucho tu voz, ¡siento ganas de vomitar! ¡Cada vez que veo tu cara, quiero estrangularte con mis propias manos! ¡Y cada vez que pienso en tu nombre, quiero cortarte en pedazos!”.

“¿Eh?”. Charlotte se burló.

“Así que te encanta sufrir. Te conozco desde hace tantos años, así que, ¿cómo es que no me di cuenta hasta ahora?”.

“No puedo decirlo en voz alta porque otros podrían estar escuchando. Acércate y te lo susurraré al oído”.

Charlotte sabía que algo andaba mal con Lorraine desde el momento en que entró en la sala. Sabía que Lorraine no estaba tramando nada bueno. Sin embargo, ella no tenía miedo en absoluto.

Mantuvo la guardia alta mientras tomaba asiento lentamente al lado de la cama.

“¿Puedes hablar ahora?”.

“Sí. Escucha atentamente, Charlotte…”. Lorraine respiró hondo. Miró el pecho de Charlotte mientras el resentimiento en sus ojos crecía.

“El secreto es que Zach es…”.

Antes de que terminara su oración, de repente levantó la sábana.