Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 1157

Resultó que había estado sosteniendo un cuchillo de frutas en su mano derecha debajo de la sábana. Después de levantar la sábana, reunió todas sus fuerzas y clavó el cuchillo en dirección del pecho de Charlotte.

“¡Ah!”.

El extremo afilado del cuchillo de frutas hizo contacto con algo blando.

Sin embargo, no era el pecho de Charlotte. En cambio, era el colchón.

Charlotte sabía que algo andaba mal con Lorraine y que no debía estar tramando nada bueno. Por lo tanto, había mantenido la guardia en alto cerca de Lorraine, razón por la cual pudo esquivar el ataque a tiempo.

Después de que Lorraine falló, el cuchillo se clavó profundamente en el colchón. Lorraine no esperaba que Charlotte pudiera evadir su emboscada con tanta facilidad. Estaba un poco aturdida, pero se negó a rendirse fácilmente. Sacó el cuchillo del colchón y se arrojó de nuevo sobre Charlotte.

Esta vez, Charlotte no esquivó el ataque. En cambio, agarró la muñeca de Lorraine con precisión mortal. Luego, lo retorció con todas sus fuerzas y le rompió la muñeca.

¡Crac!

“¡Ahh!”.

Lorraine dejó escapar un grito que sonaba como un cerdo siendo sacrificado, y el cuchillo de frutas cayó sobre la cama.

Sin darle la oportunidad de recuperarse del dolor insoportable, Charlotte agarró su cuello y empujó su cabeza contra la almohada.

“Ah… Mmm…”.

Lorraine apenas podía respirar y no podía emitir ningún sonido. Solo podía mirar a Charlotte con el rostro contraído en una expresión de dolor. Luchó con todas sus fuerzas para liberarse, pero fue en vano.

Charlotte podía sentir claramente que Lorraine estaba temblando, pero no la dejaría ir.

Ella fulminó con la mirada su rostro demacrado mientras apretaba lentamente la mano que sostenía el cuello de Lorraine.

Entonces, sintió que Lorraine temblaba aún más vigorosamente.

Charlotte levantó la barbilla, parecía una reina orgullosa.

“Hablando de ganar y perder, recuerdo que fuiste tan lejos como para dejarme ser tu dama de honor cuando te casaste con Zachary solo para que yo pudiera presenciar tu momento de victoria. ¿Cómo te resultó eso? ¡Eres demasiado ridícula! Ya no eres nada para Zachary, así que ¿por qué no admites que perdiste?”.

Lorraine miró a Charlotte, con los ojos llenos de dolor, incapaz de pronunciar una sola sílaba.

Sí.

Sin importar lo reacia que fuera a admitirlo, no podía cambiar el hecho de que ya había perdido. Nunca podría recuperar a Zachary.

“¿Sabes qué, Lorraine? Le pedí a Zachary que te perdonara hoy simplemente porque lo salvaste al arriesgar tu vida dos veces. Zachary dijo que no volverá a perdonarte si te metes conmigo en el futuro, y también me dije a mí misma que si vuelves a atacarme, definitivamente vendré a saldar cuentas contigo. Pero ahora, mírate. No ha pasado ni una hora y lo estás haciendo de nuevo”.

Mientras hablaba, ella recogió el cuchillo de frutas de la cama.

Una mala premonición surgió de inmediato desde lo más profundo del corazón de Lorraine cuando un escalofrío le recorrió la columna vertebral y le heló la sangre. Ella se cubrió con la manta y dijo: “¿Qué estás tratando de hacer, Charlotte? ¡A… Aléjate de mí!”.