Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 1160

“¡¿Qué?!”. La comisura de los labios de Charlotte tembló.

“Sé que era solo una cuestión de tiempo antes de que le pidieras el divorcio, pero acaba de tener un aborto espontáneo y usé un cuchillo de fruta para… Eh… Cómo sea, ella está en muy mal estado ahora mismo, así que no lo hagas. ¿No crees que sería un poco cruel si te divorciaras de ella en este momento?”.

Zachary respondió: “Como dije hace un rato, he cortado completamente los lazos con ella. Ella no es diferente de una extraña a mis ojos ahora, así que, ¿por qué debería mostrarle misericordia a alguien que no conozco?”.

Charlotte abrió la boca y sus ojos se agrandaron mientras lo miraba. Por un momento, ella no pudo decir nada.

“Si no quieres perderte un buen espectáculo, entonces sígueme”.

Después de decir eso, Zachary siguió caminando por el pasillo.

Al principio, Charlotte quería irse del hospital, ¡porque no quería estar cerca de Lorraine ni un segundo más!

Sin embargo, ella estaba muy interesada en esto, quería quedarse y ver cuando Zachary decía que se iba a divorciar de Lorraine.

Garrison se llenó de alegría y sorpresa cuando vio a Zachary emerger de las profundidades del corredor. Dio unos pasos rápidos hacia él y dijo: “Zachary, pensé que ya no vendrías a ver a Lory. Estaba probando suerte cuando te llamé. ¡No pensé que realmente vendrías! Si Lory se entera de que viniste a verla, estará encantada. ¡Date prisa y pasa adelante!”.

Zachary se burló, pero no dijo nada. No se detuvo por Garrison. Simplemente pasó junto a él con indiferencia.

Los ojos de Garrison luego se dirigieron a Charlotte, que venía detrás de Zachary. “¿Carlie? ¿Por qué has vuelto?”.

Charlotte señaló a Zachary y dijo significativamente: “Me pidió que volviera a ver un espectáculo”.

“¿Eh?”.

Un destello de confusión apareció en el apuesto rostro de Garrison.

“¿Qué quieres decir con eso, Carlie? Estoy confundido”.

Un destello de desdén apareció en los ojos de Zachary.

“Parece que no estás en tan mal estado como dicen, así que estás perfectamente bien para acompañarme”.

Un rastro de sorpresa apareció en el rostro ceniciento de Lorraine. “Zach, ¿qué quieres decir? ¿Adónde quieres que vaya contigo?”.

“Vamos al ayuntamiento”.

La voz de Zachary sonaba como el viento y la nieve, despiadados.

“Vamos a solicitar el divorcio”.

Como si hubiera sido apuñalada por una espada despiadada, la alegría que había entrado en los ojos de Lorraine ahora se disipó por completo y se transformó en un dolor insoportable.