Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 1161

La voz clara pero cruel de Zachary continuó hablando: “Te pedí el divorcio el día que Carlie reveló su verdadera identidad, pero te negaste. Ahora, todas tus mentiras han sido expuestas. Creo que no puedes alargarlo, independientemente del poco orgullo que puedas tener. ¿No te parece?”.

Lorraine lo miró fijamente con una expresión marchita, lágrimas cristalinas empapando su rostro.

¡Así es! Después de que Charlotte y Jebediah colaboraron para exponerla, Lorraine sabía que era inútil alargarlo con Zachary, sin importar cuánto lo intentara…

Ella sabía que Zachary volvería a pedirle el divorcio.

Antes, incluso después de que Zachary descubriera la verdadera identidad de Charlotte, había sido un poco más amable con ella por el hecho de que le había salvado la vida. Ahora, él había descubierto todo lo que ella había hecho. Ella ya no tenía lugar en el corazón de Zachary, así que ahora que Zachary le había pedido el divorcio nuevamente, si continuaba retrasando el proceso, ¡él la haría sufrir como si fuera su enemiga!

“Como no dices nada, tomaré tu silencio como consentimiento”.

El majestuoso y frío Zachary era como un rey despiadado.

“¿Qué haces todavía en la cama? ¿Por qué no vienes conmigo?”.

“Zach…”. Lorraine no tenía idea de cómo se las arregló para hablar. “Acabo de perder un bebé, una experiencia que es extremadamente dolorosa para cualquier mujer. Mi cuerpo no está en buenas condiciones en este momento, y Carlie… Ella…”.

Mientras decía esto, Lorraine le lanzó una mirada llena de odio a Charlotte. Ella estaba parada detrás de Zachary y disfrutaba del espectáculo.

“Ella me acaba de apuñalar la mano derecha con un cuchillo de frutas. Acabo de salir de cirugía y estoy extremadamente adolorida. No he oído una palabra de preocupación tuya desde que llegaste. En cambio, has ignorado mi bienestar e insistido en divorciarte. ¡Zach! ¿No tienes algo de compasión por mí?”.

Zachary sacudió la cabeza con decisión. Su voz era más fría que el hielo.

“Para nada”.

Su voz sonaba fría e indiferente, pero Lorraine sintió como si hubiera escuchado un trueno en un día soleado. Sus labios temblaron como un pétalo en el viento. Su corazón se sentía como si estuviera sangrando.

“Pero no puedo dejar la cama en este estado. Ni siquiera puedo caminar. El doctor dijo que debería quedarme en cama unos diez días antes de irme. Zach, ¿no puedes esperar unos días más por nuestros sentimientos pasados? Espera a que me recupere antes que me…”.

“No es necesario”.

Zachary interrumpió fríamente a Lorraine.

“Arreglé todo antes de mi llegada. Si no puedes levantarte de la cama, haré que alguien te cargue. Mientras seas capaz de hablar, firmar tu nombre, entre otras cosas, es suficiente”.

Lorraine quedó completamente destrozada. No pudo decir una palabra. Se derrumbó en la cama como una momia.

En ese momento, cuatro hombres altos y musculosos entraron en la sala uno tras otro. Dos de los hombres cargaban una silla de ruedas.