Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 1287

“Sí, el Señor Connor no ha salido de la casa desde que llegó anoche”.

“En ese caso, eso es todo lo que necesito saber de ti”. Charlotte levantó las cejas triunfalmente. “Solo observa. Haré que Zachary baje aquí y me reciba en la entrada personalmente”.

El guardia de seguridad se rio entre dientes, parecía avergonzado.

Él se habría reído a carcajadas como si acabara de escuchar el chiste de su vida si alguien más hubiera tenido la confianza suficiente para decírselo.

Sin embargo, ¡le creyó a Charlotte cuando dijo esto!

¡Todos los que trabajaban en el Distrito del Divino Santuario sabían cómo funcionaban las cosas entre el Señor Connor y Charlotte!

El Señor Connor podría ser un demonio majestuoso e indiferente cuando estaba en público, pero se convertía en un tigre sin garras cuando se trataba de Charlotte.

Él podría parecer extremadamente despiadado y glacial, pero nunca desafiaría a Charlotte cuando ella le pidiera que hiciera algo y nunca la rechazaría cuando le pidiera un favor...

Charlotte sacó su teléfono de su bolsillo y llamó a Zachary.

En ese momento, Zachary estaba parado frente a las ventanas francesas, en medio de su rutina de lectura, cuando vibró su teléfono personal.

Al ver la palabra “esposa” en la pantalla, Zachary inmediatamente dejó la novela clásica para contestar la llamada.

Si uno mirara de cerca, se daría cuenta de que los ojos sombríos de este hombre majestuoso, que siempre había sido indiferente y frío, estaban llenos de emoción en este momento.

Sin embargo, él no contestó la llamada al instante. Esperó deliberadamente durante casi tres segundos antes de contestar.

Inmediatamente, pronunció con voz gélida: “¿Qué pasó?”.

“Sí, algo pasó. Ejem…”. Charlotte se aclaró la garganta. A pesar de conocer a Zachary durante tanto tiempo, su corazón todavía latía como cuando conoció a Zachary por primera vez cada vez que escuchaba su voz.

Ella trató de mantener la calma. “Pues, Naomi ya sabe que Poopoo es su hermano, y por eso, ella realmente quiere verlo. La traje aquí, y…”.

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