Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 1296

Charlotte se despertó tranquilamente, solo para sentir que sus extremidades estaban entumecidas y débiles y que su cuerpo se sentía pesado, como si no le perteneciera.

“¡Está despierta!”. Ella escuchó una clara voz femenina que provenía de su lado derecho. “Felicidades, como era de esperar, la operación salió bien. Si nada sale mal, te verás exactamente igual que antes cuando te quitemos la gasa de la cara”.

Charlotte miró en la dirección de donde venía la voz y vio que la persona que le hablaba era Lisa-Luna.

Luego miró a su alrededor y se dio cuenta de que ahora estaba acostada en una cama en una sala. No había nadie más en esta enorme habitación aparte de Lisa-Luna, que la acompañaba junto a la cama…

Lisa-Luna sonrió al notar la decepción reflejada en los ojos de Charlotte. “¿Está buscando al Señor Connor?”.

Charlotte asintió con incomodad. Luego experimentó oleadas de dolor insoportable alrededor de la boca y en la cara cuando estuvo a punto de hablar, como si su piel fuera a agrietarse.

“La herida en su cara aún no se ha curado, por lo que hablar definitivamente le afectará y le causará dolor. Le sugiero que hable menos mientras la herida se termina de cicatrizar. Incluso si se ve obligada a hablar, debe hacerlo despacio y con cuidado. Trate de no mover demasiado sus músculos faciales”, dijo Lisa-Luna con una sonrisa.

Charlotte se quedó sin palabras por una fracción de segundo. Luego, la comisura de sus labios se torció y dijo con cautela: “Está bien…”.

Lisa-Luna señaló la puerta. “Acabo de mencionar al Señor Connor. En realidad, estuvo a su lado durante todo el procedimiento. También fue quien la llevó a la cama del hospital después de la operación. Él tomó su mano y se sentó junto a la cama, haciéndole compañía sin moverse un centímetro mientras dormía profundamente. No se fue hasta hace unos diez minutos. Creo que probablemente fue al baño”.

Cuando escuchó esto, la decepción en los ojos de Charlotte se disipó instantáneamente como una nube. En cambio, sus ojos ahora estaban llenos de calidez.

Ella abrió los labios lo más suavemente posible. “¿Cuánto tiempo estuve dormida?”.

Al ver este rostro amable, Charlotte, que todavía se sentía débil en este momento, se cargó por completo en un instante, se sentó de inmediato y exclamó con alegría: “Co… Aah-”.

Tan pronto como gritó la primera sílaba, fue interrumpida por su propio grito. Sintió un dolor extremo y rápidamente extendió la mano para frotarse las mejillas, que se sentían como si estuvieran siendo cortadas por un cuchillo.

“¡Por Dios, Carlie, no!”. Lisa-Luna agarró su mano apresuradamente. “Tienes que recordar que por mucho que te duela o pique la cara, tienes que aguantar y nunca frotarte las heridas con las manos y mucho menos rascarlo antes de retirar la gasa. De lo contrario, quedarás desfigurada si la herida se infecta”.

Al escuchar la palabra “desfigurada”, Charlotte se asustó tanto que se le puso la piel de gallina y de inmediato se calmó. Conscientemente, puso sus manos sobre su regazo y dijo preocupada: “Doctora, me puse nerviosa hace un momento y hablé demasiado alto. Sentí como si hubiera una grieta en mi mejilla derecha. No se va a desfigurar, ¿verdad?”.

Lisa-Luna no pudo evitar sonreír. “No, solo tienes que recordar no hablar tan alto cuando te encuentres con un conocido la próxima vez”.