Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 135

Zachary también parecía petrificado al ver a Zenios aferrarse a la mano de Charlotte. Su mirada era fría, pero no le gritó a Zenios para pedirle que soltara las manos de la mujer.

Le faltó la confianza para hacerlo de repente.

Aunque él y Charlotte estaban casados, Zenios era el padre del hijo de Charlotte, y como habían encontrado a su hijo… Esto hizo que Zachary sintiera una sensación de pérdida y se sintiera como la verdadera tercera rueda del triángulo amoroso…

“Eso… ¿Estás seguro?”. Charlotte tardó un rato en calmarse y poder hablar. También apartó las manos de las de Zenios con fuerza.

“Estoy seguro. Estuve seguro de que era nuestro hijo a primera vista. ¡Él tiene ojos azules como yo, y su nariz, boca y rostro son solo un duplicado más pequeño de los tuyos!”.

Aunque Zenios estaba emocionado, pensando que Charlotte seguía siendo su “tía segunda”, dejó de tirar de ella y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. “¡Carlie! ¡Este niño es el fruto de nuestra indulgencia en el amor en esa noche y el vínculo que no podremos cortar por el resto de nuestras vidas! Siempre he pensado que mi amor por ti ha conmovido al propio Dios… Él se compadece tanto de mí que me otorgó a ti esa noche. Incluso me bendijo con este niño. Dios hizo esto para que estemos juntos”.

El cuerpo recto y bien formado de Zachary se balanceaba visiblemente.

La elección de palabras como “el fruto de nuestra indulgencia en el amor en esa noche” y “Dios me ha otorgado a ti esa noche” que Zenios había elegido usar frente a Charlotte eran como objetos afilados que atravesaron el corazón de Zachary, y dolió levemente…

Al mismo tiempo, él tenía la sensación de que su corazón estaba vaciado y estaba siendo golpeado físicamente por un tsunami que se acercaba a él.

'¡M*ldita sea! ¡El Segundo Amo se ha vuelto a enfermar! ¿Quién tiene un vaso de agua tibia?'.

“Nuestro hijo…”. En ese momento, Charlotte no pudo evitar mirar a Zachary. Al ver que él estaba tan sin emociones como de costumbre y que no se podía ver el más mínimo indicio de inseguridad en su rostro, ella preguntó con confianza: “¿Dónde está? Quiero verlo”.

“Está en mi casa. ¡Sígueme!”. Zenios no podía esperar a llevarse a Charlotte con él.

“¡Detente justo ahí!”. La voz de Zachary, que era tan profunda y fría como el aullido de una ventisca que azotaba la ciudad, sonó abruptamente.

Charlotte no había notado ninguna anomalía en Zachary un momento atrás, pero después de escuchar su voz glacial, ella se detuvo instantáneamente y se quedó en su lugar como un bloque de hielo.

Charlotte no tenía las agallas para rechazar esa orden en absoluto. Ella se dio la vuelta y se subió al coche.

Cuando Zenios se recuperó del trance, Zachary ya había cerrado la puerta de golpe del coche, lo cual lo dejó fuera del coche.

“Tío segundo, espera…”.

“Tío segundo, debes aclarar…”.

El coche de Zachary ya había arrancado y se alejó rápidamente delante de él.

Zenios miró la silueta del coche con una expresión derrotada.

Ese era obviamente su hijo y el de Carlie. ¿¡Cómo se había convertido en “nuestro hijo” cuando salió de la boca de Zachary!?