Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 151

Sin embargo, dada por su capacidad en leer las emociones de las personas, Charlotte no podía entender la razón detrás del cambio en la mirada de Zachary.

Y en ese momento, ella ya no tenía que pensar en esto, pues ya le había dicho a Zachary todo lo que debió haberle dicho. Ella finalmente pudo exhalar un suspiro de alivio y mantenerse lejos de él.

“Lo siento por la molestia. Deberías continuar con lo que estabas haciendo”. Charlotte se dio la vuelta apresuradamente antes de que pudiera terminar toda la oración.

“No lo olvides, tú fuiste quien tomó la iniciativa de besarme anoche”. El barítono frío y melodioso de Zachary, que se parecía al sonido de una flauta desde la cima de una montaña cubierta de nieve, sonó de repente desde atrás de ella.

El corazón de Charlotte dio un vuelco y, al mismo tiempo, sus mejillas parecían estar ardiendo.

“Charlotte, ya que quieres aclararme todo, también podría hacer lo mismo contigo”. Los débiles pero pesados pasos ​​se acercaron gradualmente a ella, pero Zachary se detuvo cuando estaba a solo una palma de distancia de ella.

Él bajó levemente la cabeza, sus encantadores labios casi rozaban la oreja izquierda de la mujer. “Si crees que ese es mi castigo para ti, entonces recuerda, tú eres quien se lo busco”.

'¡Oh Dios mío!'.

Incluso cuando venía desde esa distancia, la voz glacial de Zachary fue suficiente para provocar el sonrojo de las mejillas de Charlotte. Dado que él le estaba hablando con tanta frialdad directamente al oído como un diablo lanzando una maldición, Charlotte sintió como si le estuvieran friendo el cerebro y le saliera humo por todos los orificios. También estaba temblando de miedo…

Sin embargo, cuando lo pensó, ¡lo que dijo Zachary era correcto!

Ciertamente, ella había tomado la iniciativa de besarlo… ¡Así que después de todo eso, de verdad se había buscado el castigo!

“En este caso, creo… que para evitar que esta situación vergonzosa vuelva a suceder, es mejor que nosotros… Tengamos nuestros propios baños privados…”. La voz de Charlotte temblaba, y sus dientes seguían castañeando.

“En el futuro, podrías tener tu propio baño privado. Al igual que tu dormitorio. Lo trataré como otra área prohibida. Nunca… Nunca daré un paso cerca de esa área. De esta manera, no volverán a suceder más accidentes…”.