Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 165

“Tío segundo, tú y Carlie se divorciarán en un rato, tú...”.

“¡Suéltala!”. La voz de Zachary era cortante y severa, como una maldición del inframundo.

Mirando su rostro de nuevo, era tan frío que parecía más amenazador que un glaciar.

Zenios dio un paso atrás por el susto y soltó involuntariamente la mano de Charlotte. Luego miró la expresión de Zachary, que era tan sombría como un cielo nublado.

“No lo entiendo… Tío segundo, accediste en persona a dejar ir a Carlie ese día. Y has venido hoy, ¿no vas a ir al ayuntamiento para divorciarte de Carlie después? En diez minutos, más o menos, Carlie no tendrá nada que ver contigo y será mi esposa...”.

“¿Por qué estás tan confiado de que crees que ella será tu esposa?”. Aparte de la usual frialdad, hubo un ataque de celos sutiles ocultos profundamente en la voz de Zachary.

“Conquistarla dependerá de tu capacidad para hacerlo”.

Zenios estaba sorprendido.

Lucas se quedó aturdido.

Incluso Charlotte fue sorprendida con la guardia baja.

Zachary pareció mirar a Charlotte con indiferencia, y las comisuras de sus labios perfectamente curvados se levantaron.

“Ya que investigaste todos los detalles prácticos del asunto entre Charlotte y yo, debes saber que me casé con ella al principio porque perdí una apuesta”.

Zenios asintió mecánicamente. “Pero tío segundo, ¿tienen algo que ver las circunstancias de tu boda con Carlie con tu divorcio de hoy?”.

“¡Sí!”. Las sílabas que salieron entre los labios y los dientes del hombre eran tan frías como una cuchilla.

“Todo debe comenzar y terminar adecuadamente. Por lo tanto, si quieres arrebatármela, debes vencerme como lo hizo ella cuando apostó en mi contra”.

¿Por qué ella sentiría un rayo de alegría en el fondo cuando escuchó a Zenios decir que Zachary se había arrepentido de lo que había dicho y que no quería divorciarse de ella?

“Solo dije que quería apostar contigo, y no dije nada sobre retractarme mis palabras”. La mirada sombría de Zachary era fría, mientras que su voz sonaba arrogante e indiferente. “Zenios, la herida de tu mano derecha aún no se ha curado, así que no voy a aprovecharme de ti. Solo usaré mi mano izquierda durante la carrera”.

“Tío segundo, ¡lo dijiste tú mismo!”. La esperanza reavivó en el corazón de Zenios.

Zachary levantó las cejas. “Soy un hombre de palabra”.

Antes de que pudiera decir algo más, Zenios sacó la cinta de adhesiva de su coche y pegó firmemente el brazo derecho de Zachary a su cuerpo.

Lucas luego trazó la línea de salida en el estacionamiento y la línea de meta se fijó en la puerta del ayuntamiento.

Zachary y Zenios. El primero en llegar al ayuntamiento sería el ganador.