Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 184

Charlotte, que estaba en los brazos de Zachary, no sabía que Tiffany les había disparado flechas.

En ese momento, solo sintió que Zachary, que corría tan rápido como era humanamente posible, se tambaleaba por una fracción de segundo y casi caía.

“¿Qué sucede?”, preguntó ella en pánico.

Zachary abrió sus labios delgados y restó importancia a su condición. “No es nada”.

Parecía que estaba totalmente bien. Se mantuvo firme y continuó corriendo hacia adelante.

Charlotte había venido aquí en una moto, ya que era un pequeño objetivo que podía ocultarse fácilmente. Ahora, la moto que había traído estaba tirada en el bosque fuera de la villa de Tiffany.

Después de que Zachary puso a Charlotte en la moto, él se paró frente a la moto sin moverse.

Los ojos de Charlotte parecían sorprendidos. “Tiffany definitivamente llamará a la policía. Sube rápido y salgamos de este lugar lo antes posible”.

Sin embargo, Zachary no respondió en absoluto. Se quedó de pie junto a ella como una estatua, mirándola con esos ojos helados e inexpresivos.

“Zachary, ¿qué te pasa? Tú…”.

Charlotte no continuó, mientras el alto cuerpo de Zachary se balanceaba antes de que se dejara caer sobre el césped de repente.

“¡Zachary!”.

Completamente en pánico, Charlotte bajó inmediatamente de la moto para ayudar a Zachary. Tan pronto como puso sus manos sobre su cuerpo, sintió algo cálido y pegajoso. Luego miró con la ayuda de las tenues luces de la calle. Resultó que tenía las manos llenas de sangre.

Al mirar a Zachary con inquietud, ¡solo entonces descubrió que su cuerpo estaba cubierto de sangre desde el pecho hasta las piernas!

El corazón de Charlotte dio un vuelco y casi se detuvo.

“Zachary…”.

“¡Incluso si quieres sobrepasar a un vehículo, debes prestar atención a tu propia seguridad!”.

El clamor de los transeúntes era abrumador, pero a Charlotte no le importaba.

Le había dado a Zachary el único casco que tenía y manejaba a toda velocidad.

Charlotte había participado en cientos de carreras, pero todo su cuerpo había estado protegido por un atuendo deportivo antes de esto, y nunca había manejado tan rápido.

La calle pasaba debajo de ellos en un abrir y cerrar de ojos.

La resistencia del aire estaba perforando su piel como millones y millones de agujas, e incluso si cometía un pequeño error, se caería y se desmembraría.

Sin embargo, Charlotte ignoró todo esto.