Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 215

Charlotte, que no podía encontrar la inspiración para pintar, así que invitó a Coraline a salir.

Las dos fueron de compras, almorzaron y vieron una película juntas. Cuando Charlotte regresó al distrito del Divino Santuario, ya era tarde en la noche.

La puerta del dormitorio de Zachary estaba abierta con una apertura de unos veinticinco centímetros. Charlotte vio que Zachary, que vestía un camisón blanco, estaba parado frente a su cama, leyendo una novela.

Después de que Charlotte se dio una ducha y saliera del baño, se dio cuenta de que Zachary todavía seguía parado allí. Charlotte luego regresó a su dormitorio después de mirar su figura perfecta por un rato.

Después de acostarse en su cama, el rostro extremadamente apuesto de Zachary parecía estar justo frente a ella, y simplemente no desaparecía. Al mismo tiempo, el consejo que Lucas le había dado durante el día seguía sonando en sus oídos como un canto.

'¡De acuerdo! Aunque este método suena muy simple y crudo, ¿quizás mientras más simple, mejor?'.

La puerta del dormitorio de Zachary todavía estaba entreabierta.

Zachary todavía estaba parado frente a la cama, de espaldas a la puerta. La luz blanca brillaba en el candelabro y brillaba sobre él como destellos plateados; su figura que ya era magnífica se veía aún más perfecta bajo la iluminación.

Él era tan perfecto que estaba fuera de su alcance.

Por lo tanto, Charlotte, que finalmente logró reunir el valor para tomar la iniciativa de meterse en su cama, entró en pánico a medida que se acercaba a él.

Ella no pudo moverse más en el momento en que llegó a la puerta. Charlotte miró la figura audaz y erguida de Zachary antes de sacudir la cabeza de manera desalentada.

“¿Dónde te caíste? ¿Te duele?”.

Charlotte no sabía si le dolía o no. ¡Ella estaba extremadamente aterrorizada en este momento! Ella recordaba claramente que Zachary casi la había estrangulado hasta morir la última vez que entró sonámbula en su habitación. Después de eso, le advirtió con un rostro hosco que si volvía a cometer el mismo error, se aseguraría de que tuviera una muerte miserable…

Y ahora, Zachary la había encontrado apareciendo frente a la puerta de su dormitorio. Él era un hombre inteligente, ¡así que debía saber que ella quería entrar en su dormitorio!

Por lo tanto, ella miró a Zachary con sus grandes y claros ojos. Su expresión era tan rígida y lenta debido al pánico exagerado, como la de un zombi…

“¿Estás sonámbula de nuevo?”.