Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 247

Charlotte se alejó rápidamente. En su prisa, se topó distraídamente con una mujer, lo que la hizo derramar todo el vino tinto de su copa sobre su vestido.

“Discul—”.

Charlotte se quedó paralizada antes de que pudiera terminar su disculpa cuando vio el rostro de la mujer.

“Lo vi, ¿todo ese espectáculo en el que Annalita te estaba intimidando? Qué delicia”. La mujer con mucho maquillaje hizo girar su copa de vino vacía.

Un dolor punzante se apoderó de Charlotte. Sin embargo, ella respondió con calma: “Independientemente de lo que me haya sucedido, tú, de todas las personas, eres la menos merecedora de mi pequeño 'espectáculo'”.

Los ojos de la mujer se llenaron de burla.

“¡No! ¿Quién quiere ver eso? Es repugnante. Eres exactamente como ese anciano, Walter Simmons. Son los mayores errores de mi vida”.

Charlotte estaba a punto de devolverle el favor, se quedó sin palabras, como si tuviera un nudo en la garganta.

La mujer de cabello suave y ondulado, piel clara y maquillaje delicado que tenía ante sí parecía una esposa joven, elegante y fresca que era solo unos años mayor que ella. ¿Quién hubiera pensado que en realidad era la madre biológica de Charlotte?

“Esa bruja, Annalita, ciertamente ha logrado engendrar un hijo cobarde. Lory sufrió tal tormento por parte de esa mujer solo para estar con Zachary. Nunca pensé que una segunda polilla se arrojaría a la llama proverbial tan pronto como ella hubiera logrado separar a Zachary y Lory”.

En este punto, Charlotte no estaba de humor para entretener el sarcasmo de Kourtney. Ella frunció. “¿‘Lory’? ¿Te refieres a Lorraine?”.

Kourtney sonrió.

“¿Quién más? ¿Acaso Lory no es la única que ha estado con Zachary? ¿Quién más podría ser?”.

'¡Espera! ¿Lorraine no traicionó a Zachary? ¿No fue por eso que terminaron?'.

¿Kourtney por qué estaba diciendo que ellos habían terminado por culpa de Annalita?

Charlotte estaba a punto de hacer esa pregunta cuando Kourtney levantó la cabeza con orgullo. “Sé exactamente lo que estás a punto de preguntar. Quizás deberías arrodillarte y suplicarme, y te lo contaré todo”.