Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 248

Kourtney estaba completamente imperturbable mientras continuaba besándose con el hombre, pero el rostro de Charlotte estaba sonrojado por la humillación. Ella aceleró el paso y salió corriendo del barco.

Kourtney realmente era su madre.

Sin embargo, ella nunca le había mostrado ningún afecto maternal, ni siquiera por un día.

Kourtney la había arrojado a una criada tan pronto como la dio a luz como si estuviera tirando la basura. Después de un mes, habiendo logrado la recuperación completa posparto, se había acostado con el mayordomo y el padre de Charlotte los había sorprendido en el acto…

Su padre pudo haber estado enamorado de Kourtney, pero no podía soportar la humillación, así que la echó.

Como tal, su padre había terminado criándola él solo. Kourtney no la había visitado ni una sola vez durante su infancia.

Alfred le había dicho una vez a Charlotte que Kourtney había intentado asfixiarla el segundo día después de su nacimiento. ¡Afortunadamente, la habían atrapado justo a tiempo y la pudieron salvar!

Charlotte se quedó quieta en la cubierta, sumida en sus pensamientos.

Había perdido la noción del tiempo cuando escuchó pasos detrás de ella.

Entonces, escuchó ese mismo tono sarcástico. “Solo quería estar sola. ¿Por qué tuve que encontrarme contigo, cosa odiosa? ¡Qué aguafiestas!”.

'¡Kourtney! ¿Ella, otra vez?'.

Desde que Charlotte podía recordar, durante los últimos diez años, la cantidad de veces que había visto a Kourtney podía contarse en una mano. La única razón por la que parecía familiar era que su padre había colgado deliberadamente una foto de ella en su casa.

¡Hoy, sin embargo, ya había visto a Kourtney un total de dos veces!

Charlotte se negó a darse la vuelta. En cambio, respondió con indiferencia: “La cubierta es lo suficientemente grande. Puedes ir a donde quieras. No tienes que venir aquí, solo para buscar a una aguafiestas”.

Sin embargo, Kourtney se negó a irse. En cambio, se acercó a Charlotte y la observó de pies a cabeza.

“Puede que no quiera lidiar con esta pequeña… desgracia, pero no puedo negarlo; mi sangre fluye por tus venas. Mírate, piel tan clara, tan delicada, y una figura tan maravillosa. Te ves exactamente como yo cuando era más joven y tenía atractivo sexual”.