Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 329

Charlotte regresó a la sala de karaoke.

Charlotte se sentó en el sofá doble que había compartido con Zachary. Se había sentido consumida por pensamientos de Zachary cuando lo esperaba allí, y su corazón se llenó de calidez.

Ahora, esta habitación se sentía más como una cueva de hielo. Cada poro de su cuerpo estaba gritando por el frío.

“Lory, te amo. Siempre has sido tú en mi corazón”.

“Continuaré mi matrimonio con ella, pero solo en nombre. Lory, mientras nuestros corazones sean uno, nadie podrá separarnos".

La voz de Zachary resonó en sus oídos como un hechizo. Ese beso que compartió con Lorraine se sintió como un dardo venenoso en su corazón. Le dolía el pecho y su cuerpo temblaba cada vez que pensaba en ello.

Sin embargo, ¡estaba decidida a esperar a Zachary aquí!

Zachary le había dicho que lo esperara aquí, para que regresara a ella.

Iba a preguntarle directamente, una vez que él regresara; él claramente todavía amaba a Lorraine, entonces, ¿por qué todavía le estaba mintiendo y haciéndole pensar que estaba decidido a terminar con Lorraine?

Charlotte esperó más de dos horas.

¡Clac!

La puerta se abrió.

Miranda entró de nuevo.

"Ahh...".

Miranda podía ver el rostro manchado de lágrimas de Charlotte, claro como el día. Se rio victoriosamente.

“Sabía que solo estabas pretendiendo ser fuerte. ¿Cómo se siente quedar expuesta?".

Charlotte levantó la mano y se secó las lágrimas, manteniendo obstinadamente su frente arrogante. "No quiero verte. Lárgate".

Sin embargo, ¡se negó a creer que él reservaría una habitación de hotel con ella!

Zachary tenía principios. Tenía límites. ¡Nunca tendría una aventura!

Sin embargo, a pesar de llamar al teléfono de Zachary una y otra vez, no respondió.

Ahora, parecía que tal vez Miranda estaba diciendo la verdad... Zachary estaba demasiado ocupado con Lorraine como para responder a sus llamadas. La mente de Charlotte descendió aún más hacia el caos.

Ya no podía quedarse en esa habitación. Se puso de pie, abatida, y se fue.

A estas alturas, era como si estuviera poseída. Su mente estaba llena de recuerdos de Zachary con Lorraine. No tenía idea de cómo terminó en la calle.

Estaba buscando su coche, que estaba estacionado en la sección número 16, hasta que un hombre y una mujer joven frente a su coche llamaron su atención.

Vio al hombre señalando el Lamborghini rojo estacionado en su lugar de estacionamiento vecino, el estacionamiento número 17 y susurrándole a la niña, cuyo brazo estaba envuelto alrededor de su brazo.