Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 37

Zachary salió rápidamente del dormitorio cuando habló.

Charlotte estaba a punto de desmoronarse y sus ojos se llenaron de lágrimas de desolación.

“Dices que me pondrás en confinamiento. ¿Cuánto tiempo durará?”.

“Eso dependerá de tu comportamiento”, respondió Zachary. “Podría ser una semana, un mes, un año… Incluso podría durar hasta el día que mueras”.

Las piernas de Charlotte cedieron y se dejó caer al suelo con un fuerte “pum”. Zachary se dio la vuelta. Su expresión era fría y siniestra.

“Recuerda, tienes diez segundos para salir de mi habitación. Un segundo más y extenderé tu confinamiento un año más”.

Charlotte se quedó sin palabras y su rostro se contrajo. Ella se puso de pie un segundo después y salió disparada de la habitación de Zachary.

Ella aseguró la puerta de su dormitorio, se sentó en su cama e indignada tomó el osito de felpa, que estaba sentado a un lado de la cabecera de su cama. Luego, golpeó con fuerza la nariz del osito de felpa con su dedo. “¡Zachary, imbécil! ¡Eres un gran imbécil! ¡Eres un estúpido irracional!”.

…

Zachary entró al baño.

Su pijama grande y suelta aterrizó suavemente sobre el suelo, exponiendo su figura delgada, musculosa y de modelo. Abrió la ducha, liberando delicadas y cristalinas gotas de agua sobre su cuerpo y dejándolas fluir por su piel.

Se enjabonó y se frotó el cuerpo una y otra vez. Desafortunadamente, el olor de ella aún permanecía en su piel; especialmente el tenue, fragante y femenino aroma de sus labios.

Su habitación estaba fuera de límites. Él claramente les había dado instrucciones a los sirvientes para que le transmitieran ese mensaje a ella, pero aún así se negó a escuchar. ¡Ella tuvo la audacia de irrumpir en su habitación en la noche mientras él dormía y escabullirse en su cama!

Habría sido demasiado tarde si no se hubiera despertado a tiempo…

'¡Charlotte Simmons! ¡Ella es demasiado impaciente!'.

La casa en la que había estado viviendo por los últimos diez meses le pertenecía a Bryson. Bryson nunca la había tratado como su familia. Esa casa le había pertenecido solamente a Bryson. Nunca le perteneció a ella.

Entonces, sonó el celular de Charlotte. Era una llamada de Lamington, el mayordomo. Ella contestó.

“Señorita, el Señor Simmons está despierto. Usted es la primera persona que él buscó. Venga al hospital tan pronto como pueda…”. La voz de Lamington tembló de emoción.

Charlotte se llenó de alegría y las lágrimas corrían por su rostro cuando respondió: “Dile a papá que estaré allí pronto”.

Ella no podía molestarse en cambiarse de ropa. Salió corriendo inmediatamente en su pijama.

De repente escuchó una voz fría detrás de ella.

“¿A dónde crees que vas?”, preguntó Zachary.