Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 394

'¡Carlie está a punto de alabar al Segundo Tío!'.

Zachary se sintió tan cálido como el verano en el fondo, sin embargo, todo ese calor se reflejó como un ligero aumento en las comisuras de sus labios perfectamente curvados. “También te quiero ayudar cuando se trata de tu venganza. Por lo tanto, siempre tuve a mis hombres monitoreando a Bryson y a Tiffany. Sé todos los detalles de su paradero en cualquier momento”.

'¿¡Qué!? ¡Zachary! ¿¡Por qué me tratas tan bien!?'. Charlotte casi no pudo contener el impulso de correr hacia Zachary y darle un beso.

Sin embargo, ¿cómo iba a tener las agallas para meterse con Zachary, el frío y majestuoso diablo disfrazado?

Así, aunque ella abrió los brazos, no se atrevió a arrojarse sobre Zachary. En cambio, sacó la lengua y dijo con las orejas sonrojadas: “Jeje, Zachary, ¿qué más puedo decir? ¡Realmente te admiro, respeto y aprecio!”.

La manzana de Adán de Zachary se contrajo y rodó un poco. “De acuerdo”.

La llama de esperanza y anticipación que ardía en los ojos lúgubres de él se extinguió gradualmente.

'Estaba totalmente listo para recibirla en mis brazos, pero ¿por qué no vino corriendo hacia mí? ¿Podría ser que lo que hice por ella no fue suficiente para conmoverla por completo?'.

El Rolls Royce de edición limitada de Zachary estaba estacionado en el estacionamiento exclusivo para propietarios del hotel.

Charlotte se subió al coche inmediatamente después de Zachary, pero una mano grande la agarró por la muñeca por detrás. “Carlie, ¿ya te vas?”.

Charlotte volteó a mirar a Zenios, que la sostenía. “Zenios, ¿hay algo más?”.

“Yo…”. Zenios, que acababa de decir una palabra, de repente sintió un frío punzante en la espalda. Él levantó los ojos e intercambió una mirada con la mirada asesina de Zachary. Estaba tan asustado que soltó su mano y dio dos pasos hacia atrás al mismo tiempo.

La escena de Zachary pateando a Bryson y luego Bryson vomitando sangre apareció en su mente en un instante, y una pizca de miedo brilló en sus ojos azules.

Charlotte, que no sabía lo que sucedía, se sintió aún más desconcertada cuando vio la mirada de Zenios. “Oye, ¿qué te sucede? Me detuviste para que no entrara al coche, ¿hay algo que quieras decirme?”.