Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 461

Sin embargo, el Doctor McDowell no pudo mencionar eso frente a Zachary.

Él sabía sobre la condición de Zachary.

Hace un año, Zachary tuvo que dejar que Lorraine se sometiera a una fertilización in vitro para tener un bebé con ella. Ahora, si quería tener un hijo con Charlotte, seguramente tenía que hacer lo mismo con ella.

Un hombre con una enfermedad oculta era sensible y lo último que quería era provocar al oso.

Lorraine permaneció distraída en el ascensor. Su rostro estaba lleno de lágrimas y parecía tan demacrada como un papel arrugado y desdoblado.

Cuando Zachary le dijo que quería divorciarse de Charlotte y casarse con ella, había estado extasiada y se había sentido como la persona más feliz del mundo. Sin embargo, su alegría duró poco. Charlotte había destrozado su sueño y la habían empujado desde lo alto del cielo hasta lo más profundo del abismo. La caída la destruyó.

“Señorita, va al octavo piso, ¿verdad? Estamos en su piso. ¿No quiere bajarse del ascensor?”, un niño dentro del ascensor le preguntó a Lorraine mientras la miraba con sus ojos parpadeantes.

Solo entonces Lorraine volvió a la realidad.

Ella salió rápidamente del ascensor. Abrió la puerta, y tan pronto como entró en la habitación, una figura alta se acercó a ella y la inmovilizó contra una pared.

Ella miró inexpresivamente el rostro apuesto frente a ella.

“¿Jebediah, qué estás haciendo?”.

“¿Qué estoy haciendo? ¡TVoy a c*gerte, por supuesto!”. La voz fría de Jebediah, junto con un hedor fuerte a alcohol, golpeó su rostro demacrado como una bofetada.

La conmoción violenta finalmente lo hizo entrar en razón.

Mientras miraba a Lorraine, que se abrazó el pecho con fuerza y ​​se sentó en un rincón, un rastro de dolor cruzó por sus ojos.

“Me sentí como un perdedor. Durante más de un año, te di todo lo que tengo e hice todo lo posible para ayudarte, pero no obtuve nada a cambio. Incluso si pido una compensación pequeña de ti, todavía te niegas a dármela”.

Sin embargo, Lorraine no respondió. Ella se abrazó a sí misma aún más fuerte, y la cautela en sus ojos creció mientras lo miraba.

“Ja…”. Jebediah sonrió de una manera autocrítica cuando vio a Lorraine en su estado actual. Él cogió el vino a medio terminar de la mesa y tomó un sorbo de la botella. Luego, con una sonrisa burlona, él agregó: “Zach y yo no solo tenemos una cara idéntica, sino que también tenemos el mismo cuerpo. Otras personas siempre dicen que no podrían distinguirnos si estuviéramos juntos, pero no lo entiendo. No entiendo por qué me estás tratando de manera tan diferente a él. Lory, ¿puedes decirme qué tiene él que me hace falta?”.

“No tienes su alma”.