Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 50

¡Bam!

La puerta se cerró de golpe y vibró continuamente.

Charlotte todavía estaba sorprendida debido a esta serie de eventos impactantes. Zachary ahora presionaba su cuerpo contra la puerta.

Escuchó una fuerte rasgadura y su inmaculado vestido blanco estaba arruinado.

Charlotte era como una flor abierta siendo asaltada por un frío y repentino viento. Su delicada piel blanca se empezó a erizar como la de una gallina.

"¿Q-Qué... estás…? ¡Ah!".

La mano grande y enérgica de Zachary inmediatamente expuso a Charlotte aún más.

Esta era la segunda experiencia íntima de Charlotte con un hombre.

La primera había ocurrido hace diez meses.

En ese entonces, había estado tan oscuro que ni siquiera podía ver sus propios dedos. Ella nunca vio la cara del hombre.

Esta vez, la habitación también estaba a oscuras. Aunque sabía que el hombre que tenía delante era Zachary, no podía ver su rostro. ¡Esto era inquietantemente familiar!

"Quédate quieta. No te muevas", su fría pero magnética voz gruñó en el oído de Charlotte.

Entonces, el hombre la besó. De repente ella quedó completamente sin aliento.

Se sentía como si hubiera regresado a su noche de bodas con Bryson, cuando su acogedora y feliz suite de luna de miel se convirtió en un infierno terrenal. No había luz; ella se había estado ahogando en la oscuridad, abandonada con un hombre extraño que la había vuelto polvo como un demonio...

Charlotte cerró los ojos y las lágrimas corrieron por su rostro agonizante.

Después de un tiempo que pareció infinito...

Zachary encendió la luz.

"Te has escabullido en mi habitación dos veces. ¿No era esto lo que buscabas? ¿Te he concedido tu deseo y te preocupa tu dignidad?".

Charlotte se quedó sin habla.

"Si lo odiaste tanto, ¿qué estás mirando?", preguntó Zachary.

Charlotte no tenía respuesta. Instantáneamente regresó a la realidad, como si le hubieran vertido un balde de agua helada sobre la cabeza. Se había quedado mirándolo sin pestañear, congelada de la ira...

Solo ahora se acordó de alejarse.

Desafortunadamente, fue muy tarde. La mano derecha de Zachary estaba ahora firmemente envuelta alrededor de su carita, impidiéndole girar la cabeza y obligándola a mantener los ojos fijos en él.

De repente captó un brillo peculiar y fugaz en las frías pupilas de Zachary. Era como algo perverso, algo que implicaba que tenía malas intenciones...

"¿Q-Q-Qué... estás haciendo?", preguntó Charlotte, temblando.