Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 51

Zachary respondió: "Quiero castigarte".

‘¡¿Qué?!’. Antes de que Charlotte pudiera reaccionar, Zachary había vuelto a atacarla con su figura alta y musculosa.

Las luces seguían encendidas, por lo que todo seguía brillantemente iluminado.

Parecía engullida por las olas y arrastrada de nuevo al fondo del mar. Se sentía asfixiada, pero al mismo tiempo inexplicablemente intoxicada...

¿Intoxicada? ¿Qué le estaba pasando?

Casi una hora después, Zachary se estaba vistiendo, mostrando su majestuosa figura bajo el candelabro brillante.

Charlotte yacía de costado en la alfombra con los brazos alrededor de sus rodillas. Su espalda estaba contra la pared fría y lágrimas fluían como cascadas por los lados de sus ojos, con sus mejillas rojas como perlas rodando por una colina ensangrentada.

Zachary no pudo evitar mirarla de nuevo.

Nunca había sido una persona comprensiva, pero cuando vio que Charlotte estaba llorando, su corazón frío pareció derretirse inexplicablemente. También sintió un dolor agudo, como si docenas de agujas le pincharan el corazón, mientras las lágrimas de ella continuaban cayendo.

"No llores", dijo Zachary con su fría y profunda voz.

Inesperadamente, las lágrimas de Charlotte brotaron aún más rápidamente, pero no soltó un solo llanto, defendiendo con arrogancia el último rastro de su dignidad.

Zachary se sintió aún más angustiado en el fondo. Su nuez de Adán subió y bajó, haciendo todo lo posible por humectar su garganta.

"¿Puedes dejar de llorar?", su voz sonaba tan cálida que incluso se sorprendió a sí mismo.

Charlotte sintió como si una brisa cálida de primavera pasara a su lado, lo que la hizo creer que estaba teniendo una alucinación auditiva. Levantó los ojos llorosos con sorpresa, queriendo comprobar la expresión de Zachary. Sin embargo, él ya se había dado la vuelta y se dirigía a su dormitorio.

"¿Debería salir sin ropa en su lugar?", expresó Charlotte con descontento sin mirar atrás. Saltó sobre el umbral y continuó avanzando con pequeños pasos.

"Ven a mis brazos". La voz de Zachary llegó detrás de ella, melodiosa y ligeramente cálida.

‘¿Qué pasa con él y esta calidez?’.

¡¿Estaba teniendo otra alucinación auditiva?!

"¡No!". Charlotte se negó firmemente y avanzó con firmeza y obstinación. “Puedo caminar sola. Nunca molesto a los demás con cosas que puedo lograr por mí mis--".

Zachary la recogió antes de que pudiera terminar esta frase.