Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 516

Charlotte era la esposa legal de Zachary. Por supuesto, Lucas esperaba que él la tratara bien.

Sin embargo, sería difícil explicar si Zachary era lo suficientemente horrible e ingrato como para mostrarse escéptico de la mujer en la que solía confiar más que nada, solo porque tenía a Charlotte. Desafortunadamente, ¡incluso Lucas lo despreciaría!

La voz fría y magnética de Zachary respondió en voz baja: “No”.

Lucas parecía confundido.

Charlotte también se sorprendió.

Las pupilas heladas de Zachary estaban frías y brillaban bajo sus cejas oscuras y bien formadas.

“Confío en ella, pero si realmente es culpable, no le mostraría piedad”.

Entonces, cuando Zachary dijo “no” la primera vez, quiso decir que no le mostraría misericordia a Lorraine. ¡No solo estaba diciendo eso por el beneficio de ella!

Charlotte se compadeció de Lorraine, a pesar de comprender la situación.

Lorraine siempre se inundaba de lágrimas cada vez que veía a Zachary. Ella estaría devastada si Zachary descubriera la verdad y fuera despiadado con ella…

Sin embargo, Charlotte no iba a ceder y mostrarle piedad a Lorraine.

¿Lorraine cuándo le había mostrado piedad cuando la lastimaba a ella?

Lorraine se había buscado todo esto ella misma.

¡Ella iba a hacer pagar a Lorraine!

…

Después de que Jebediah se fue, Charlotte, que no estaba dispuesta a permanecer encerrada en la sala, aprovechó la ausencia de Zachary para ir al baño y se escapó para dar un paseo por el jardín detrás del hospital.

De repente, un brazo fuerte la agarró por el hombro en medio de su paseo y la apretó firmemente contra una pared.

“Zorra. ¿Qué diablos quieres? ¿Qué se necesita para que dejes a Lory en paz?”.

Jebediah lanzó un grito de sorpresa y se tambaleó tres pasos hacia atrás.

Charlotte resopló, habiendo recuperado su libertad. Ella lo apartó y se fue.

“¡Alto ahí!”. Jebediah, que tenía piernas largas, llegó rápidamente a ella con un gran paso. Su enorme mano agarró su muñeca delicada con firmeza. “¿No le has hecho suficiente daño a Lory? ¿Qué quieres?”.

Charlotte se estremeció.

El hombre ejerció tal fuerza que sus dedos se clavaron en su piel como si fuera a romperle los huesos en pedazos. Ella jadeó de dolor y hervía, pronunciando cada palabra: “¡Quiero que me sueltes!”.

“Vas a darle a Lory una forma satisfactoria de justicia hoy, o nunca te dejaré ir”. Los ojos de Jebediah se volvieron aún más fríos. Apretó su agarre de hierro alrededor de la muñeca de Charlotte.

Charlotte se burló.

Ella fijó su mirada en Jebediah, reunió todas sus fuerzas y lo pateó.