Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 606

Sin embargo, un brazo tan claro como la nieve apareció de la nada y agarró su muñeca.

“¡Bryson, cálmate! No seas tonto”.

“¡Carlie!”.

Bryson dijo su nombre casi como en un trance.

Incluso en esta situación desesperada, él todavía se sintió envuelto por una oleada de calidez cuando la pequeña mano de Charlotte agarró su muñeca.

En ese momento también se percató con sorpresa que ellos habían estado separados tanto tiempo que parecía un siglo desde la última vez que agarró su mano así.

“¿Acaso no entiendes? Jebediah trajo a toda esta gente para destruir la evidencia. ¡No nos dejará ganar, pase lo que pase!”.

A pesar de que ella se sentía decepcionada y resentida, como si le hubieran cortado el corazón. Charlotte no quería que Tiffany y Jebediah la vieran sufrir, así que mantuvo una expresión seria y no permitió que su emoción se mostrara en su rostro.

“Escúchame, Bryson. No hagas sacrificios innecesarios. Vámonos.

La ira que ardía en los ojos de Bryson se disipó y su mirada se volvió amable en el momento en que miró a Charlotte.

“De acuerdo”.

Él se levantó con calma. Luego, sin mirar a nadie, miró fijamente la figura de Charlotte y la siguió hasta el lugar donde estaba estacionado su coche.

“¡Deténganse ahí!”. Tiffany gritó de repente.

Justo ahora, Bryson se había dejado llevar tanto por su ira que había actuado como una bestia fuera de control. Sin embargo, Charlotte acababa de decirle algo suavemente y él se calmó y se fue con ella obedientemente.

La forma en que miraba a Charlotte era tan gentil y cariñosa, completamente diferente a la forma en que la miraba a ella. Cuando él la miraba, su mirada se llenaba de tanta frialdad y asco haciéndola sentirse tan celosa hasta el punto de querer sacar un cuchillo y apuñalar a Charlotte hasta la muerte.

Cuando Tiffany vio que Charlotte y Bryson ya habían llegado a su coche, ella se inquietó aún más.

“Entonces, ¿no deberías hacer que tus guardaespaldas escuchen mis órdenes?”.

Jebediah asintió distraídamente. “Sí”.

Él ya había visto a través de Tiffany, por lo que sabía lo que estaba pensando. Por lo tanto, justo cuando Tiffany estaba a punto de decir algo más, abrió la boca primero y ordenó con calma: “A partir de ahora, estarán a disposición de la Señorita Miller y harán lo que ella les diga”.

Charlotte sintió un zumbido en la cabeza.

Luego, ella escuchó a Tiffany gritar: “¿Están todos sordos? ¿No escucharon lo que acaba de decir el Señor Valentine? ¡Dense prisa y deténganlos antes de que se vayan!”.

Al escuchar la orden de Tiffany, Charlotte rápidamente abrió la puerta y se subió al coche.