Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 648

“¡Ahh!”.

Ella gritó de miedo.

Sin embargo, cuando levantó la cabeza y se dio cuenta de que la persona que la había agarrado del hombro no era otro que Zachary, una sonrisa floreció instantáneamente en la comisura de sus labios cuando dijo: “Ejem, me gusta mucho este disfraz. Gracias por tu comprensión y permitirme tenerlo”.

Zachary entrecerró los ojos. Su mirada era profunda, llena de una miríada de emociones, y había una luz extraña brillando en sus ojos.

“Ya que te gusta tanto, ¿por qué no te lo pones?”.

¿¡Eh!?

Charlotte se sorprendió.

'¿Ponérmelo ahora mismo? ¿Cómo?'.

Como si pudiera leer su mente, Zachary señaló hacia el pasillo del complejo principal y dijo: “Mamá ha preparado una habitación para ti. Está en el lado oeste de la habitación donde organizamos la fiesta de cumpleaños de Mimi. Puedes entrar y cambiarte ahí”.

Charlotte no pudo contener su emoción después de escuchar lo que dijo Zachary. Ni siquiera se molestó en darle las gracias a Zachary y trotó hacia el cuarto.

Una sutil sonrisa diabólica apareció en la comisura de los labios de Zachary mientras miraba su esbelta figura.

Zenios sintió tanto frío que se iba a convertir en una paleta.

Todos los que estaban familiarizados con Zachary sabían lo sumamente posesivo que era. Por lo tanto, no se sorprendería si Zachary le frunciera el ceño e impidiera que Charlotte aceptara su regalo, o incluso arrojara el disfraz a la basura y lo pateara cuando lo vio dándole el regalo a Charlotte…

Sin embargo, Zachary no había hecho nada de eso y le dijo a Charlotte que se quedara con el disfraz… Como tal, desde el momento en que Zachary permitió que Charlotte se quedara con el disfraz, sintió que algo andaba mal con él. Por eso se había negado a soltar la bolsa.

“¡De acuerdo!”.

Charlotte miró a Zachary y luego fue en dirección al asiento de copiloto.

Sin embargo, Zachary tiró de su muñeca y dijo: “Ve al asiento trasero”.

Mientras hablaba, ya había abierto la puerta del asiento trasero.

Charlotte no lo pensó dos veces y subió al coche. Sin embargo, antes de que pudiera sentarse, Zachary también entró y se sentó a su lado, sorprendiéndola. “¿Por qué te sientas aquí? ¿No vas a conducir?”.

Zachary respondió: “Aquí”.