Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 818

Sotiria, que había estado observando al margen, se sorprendió al ver esto.

La personalidad de Naomi no se parecía en nada a la de ella. Debió haber heredado su personalidad de su padre: fría, indiferente y un poco dominante. Ella regularmente apartaba a la gente. Casi nadie llamaba su atención.

Garrison había pasado más de un año antes de que pudiera convencer a Naomi para que lo aceptara.

Naomi incluso abofeteó a Zachary durante su primer encuentro y lo etiquetó como un villano.

Sin embargo, ella voluntariamente le pidió un abrazo en su segundo encuentro.

Esto ciertamente no era porque Zachary la había sobornado exitosamente con chocolates.

Naomi, que era fría hasta los huesos, ciertamente no podía ser sobornada por unos cuantos chocolates. ¡La única forma de explicar la reacción de Naomi era que Zachary le agradaba sinceramente!

'¡Oh por Dios!'.

Zachary podría ser sumamente atractivo para las mujeres psicológicamente maduras, pero siempre era tan frío como un glaciar a pesar de su atractivo e incomparable buen aspecto. Cualquier niño se asustaría al verlo. ¿A qué niño realmente le gustaría?

'¿Por qué a Naomi le agrada él, de todas las personas? ¡No! Zachary se acercó a mí con motivos ocultos. Debe estar albergando motivos ocultos para acercarse a Naomi también. ¡No puedo permitir que Naomi desarrolle sentimientos por él!'.

Sotiria respiró en silencio.

“Naomi, es hora de ir a casa”.

“¡De acuerdo, mami!”.

Naomi soltó el cuello de Zachary y empujó suavemente su hombro con sus pequeñas manos.

“¿No la escuchaste? Mi mami me está pidiendo que me vaya a casa. Tienes que bajarme”.

“El mundo es grande y nada debería sorprendernos a estas alturas. Tienes razón. El parecido de esta niña con la difunta Señora Connor es increíble. Sus acciones pueden haberme dejado una mala impresión de ella, pero me agrada esa niña. Ella es adorable”.

Lucas murmuró con cariño mientras miraba la figura de la niña.

Los ojos de Zachary se oscurecieron.

“Estabas corriendo con tal pánico, diciendo que viste algo extraño. ¿Qué era?”.

“Eh… Bueno…”. Lucas tocó su gran arete.

“Señor, ¿me creerías si te dijera que una niña de cuatro años puede conducir un coche?”.

“¡Ja!”. Zachary respondió la pregunta de Lucas con una risa.