Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 884

No fue porque la motocicleta le había atropellado el brazo. Inesperadamente, un agarre de hierro se había aferrado a su brazo. Entonces, una fuerza poderosa la apartó a un lado.

Mientras tanto, la motocicleta casi le roza el pecho y luego se aleja a toda velocidad.

“¡Dios santo! Eso me dio un buen susto…”.

Sotiria dejó escapar un largo suspiro de alivio al ver cómo la motocicleta se alejaba más y más. Entonces, se acordó de agradecer al hombre que la había salvado.

“Ah, gracias…”.

La última parte de su oración quedó atrapada en su garganta como un trozo de comida cuando vio su rostro cincelado. Su mandíbula cayó. Su boca era lo suficientemente grande como para colocar un huevo.

“¡Zachary!”.

Zachary levantó sus cejas oscuras y bien formadas.

“Jeje… Lo siento, debería llamarte Señor Connor”. Sotiria se masajeó la muñeca, que estaba adolorida por su fuerte agarre, mientras retrocedía un paso para distanciarse de él. “Esa motocicleta venía muy rápido. Ya estaría muerta si no me hubieras sacado del camino a tiempo. Me has vuelto a salvar la vida. Gracias, Za— Quiero decir, Señor Connor, jejejeje…”.

Ella tenía demasiado miedo de mirarlo a los ojos, por lo que evitó su mirada mientras se reía de manera avergonzada.

'¡Zachary!'.

Ella sabía que no debía llamarlo por ese nombre, pero ¿por qué sus impulsos involuntarios lo llamaban por ese nombre, como si estuviera acostumbrada? Ella siempre perdía el control y lo llamaba por ese nombre de una manera inmodesta.

Zachary la miró con indiferencia.

“Te habría salvado si fueras cualquier otra persona. Así que no necesitas agradecerme”.

Sotiria se sintió desconcertada.

Ella había reaccionado de esta manera debido al tono de Zachary. No tenía nada que ver con lo que Zachary había dicho.

“¡Detente ahí!”.

Sotiria no tenía idea de por qué sintió tanto miedo cuando lo escuchó decir las palabras “último adiós”. Era como si hubiera perdido el control, caminó rápidamente hacia él y tiró de su manga.

“¿Podrías dejarme terminar?”.

Al principio había pensado que Zachary, a quien no le gustaba que lo tocaran, se enfurecería.

Sin embargo, Zachary no mostró signos de anormalidad. En cambio, hizo una pausa en sus pasos y no trató de quitársela de encima. Permitió que su pequeña mano temblorosa sujetara su ropa con fuerza.

Sotiria soltó rápidamente su agarre, luego caminó frente a él. Se armó de valor, levantó la cabeza y lo miró a los ojos.

“Ese día, cuando Melina y Renata trabajaron juntas para hacerme daño, me salvaste. ¡Y me acabas de salvar de nuevo! Sé que solo te acercaste a mí por motivos ocultos y que nos secuestraste a Naomi y a mí y que me amenazaste, pero nunca me causaste ningún daño sustancial. Me salvaste la vida”.