Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 894

“No, no la conozco. Pero ya me han dicho que me parezco a ella. Por eso asumí que la persona de la que hablas también era ella”.

Los ojos de Sotiria brillaron.

La otra persona que le había dicho era Zachary.

Cada vez que pensaba en Zachary, le dolía el corazón como si hubiera perdido algo precioso.

“Jaja”. Sotiria sonrió a medias. El orgullo en sus huesos no le permitía mostrar ninguna tristeza.

“Tu voz y tu mirada son excepcionalmente amables cuando hablas de mi parecido con Charlotte. También dijiste que solo te interesaba una chica, así que déjame adivinar… Charlotte es la única chica que te interesa, ¿verdad?”.

Zenios asintió, pero luego sacudió la cabeza un segundo después.

“No es de tu incumbencia”.

¡Ja!

Aunque la actitud de Zenios no era tan fría como la de Zachary, de hecho parecía bastante aterrador cuando no estaba hablando. Sorprendentemente, Sotiria no le tenía miedo en absoluto.

Zenios obviamente estaba molesto. Justo cuando estaba a punto de darse la vuelta y marcharse, ella volvió a decir alegremente: “No estoy enferma, pero ¿por qué me parece que me estuvieras evitando como si tuviera la peste bubónica?”.

No había nada más que indiferencia en el apuesto rostro de Zenios. “¿No quieres cambiarte de ropa? Si no me voy ahora, ¿significa que quieres que me quede en esta habitación y te mire mientras te cambias?”.

“Eso no es lo que quise decir…”.

Las mejillas de Sotiria se sonrojaron y la comisura de sus labios temblaron.

“¿Tienes la foto de Charlotte? ¿Puedo verla?”.

Zenios, que había decidido irse, una vez más se detuvo en seco.

Ahora que había descubierto que incluso Zenios, el príncipe azul de toda chica, solía estar enamorado de Charlotte, apenas podía contener su curiosidad y no podía esperar para ver su rostro.

“Tengo algunas fotos de ella, pero esas fotos son solo para mí. Nunca se las muestro a nadie”.

La voz magnética de Zenios resonó.

Sotiria hizo un puchero.

Zenios siguió caminando. Antes de irse, sin darse cuenta giró la cabeza para mirarla, y en el momento en que se encontró con su mirada decepcionada, pareció tener la ilusión de que había retrocedido en el tiempo y era Charlotte quien lloraba frente a él.

Su corazón se ablandó.

“Está bien, déjame ser claro. Solo te mostraré una, así que no te emociones”.

Los ojos de Sotiria brillaron. “No te preocupes. No haré eso. Ver una es suficiente para mí”.