Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 905

Resumo de Capítulo 905 La policía ha llegado: Amor Adictivo de CEO

Resumo de Capítulo 905 La policía ha llegado – Uma virada em Amor Adictivo de CEO de Internet

Capítulo 905 La policía ha llegado mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de Amor Adictivo de CEO, escrito por Internet. Com traços marcantes da literatura Romance, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.

Los ojos claros de Marco eran una mezcla de tristeza y simpatía al mirar a Sotiria.

“No importa lo que los demás piensen de ella. Siempre será mi hermanita. Nadie podrá reemplazarla en mi corazón”.

“¡Uff! Marco, tú… ¡Uff!”.

Harvey solo pudo suspirar.

Sotiria miró fijamente a Marco. Sus ojos se llenaron de lágrimas.

'No te preocupes, Marc. De ahora en adelante, seré una mujer buena. Nunca te decepcionaré de nuevo', ella pensó en silencio para sí misma.

Sin que todos los demás lo supieran, Elizabeth, que estaba temblando de miedo, ahora miraba fijamente a Sotiria. La maldad en sus ojos era tan profunda como un abismo.

En ese momento, una sirena de policía resonó desde afuera de la entrada principal.

Virginia, que estaba nerviosa, estaba tan asustada que su rostro se volvió ceniciento al escuchar ese sonido.

Dos patrullas policiales se estacionaron afuera de la entrada principal.

Seis policías uniformados bajaron de entre los dos coches. Caminaron orgullosamente hacia el patio. El policía líder preguntó con severidad: “¿Quién de ustedes es Sotiria Green?”.

“Yo”. Sotiria avanzó un paso.

El policía le lanzó una mirada evaluadora.

“¿Hiciste un informe policial por intento de asesinato?”.

Sotiria asintió. “Sí”.

El policía desvió la mirada de su rostro y preguntó: “¿Quién es Virginia Swenson?”.

Pasaron al menos tres segundos antes de que Virginia, llena de culpa, respondiera con una voz temblorosa: “Soy yo”.

Harvey estaba completamente demacrado al ver esto.

Sin embargo, él sabía que en este punto, sería inútil que insistiera en impedir que los policías cumplieran con su deber. De hecho, empeoraría todo. No tuvo más remedio que mirar con odio a Sotiria.

Sotiria pudo sentir su mirada afilada, pero se negó a mirarlo.

'¡Harvey Green!'.

Hace cuatro años, desde el momento que él la había decepcionado y la quiso dejar morir, su impresión de él como su padre se había convertido en polvo.

No necesitaba preocuparse por sus sentimientos.

¡Todo lo que necesitaba era buscar justicia por ella misma!

¡Ella haría que aquellos que la habían lastimado pagaran caro por lo que le habían hecho!

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