Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 951

La garganta de Garrison se estremeció. Sus ojos eran como bolas de fuego. “¿Quién presentó la denuncia contra mí? ¿Por qué me está acosando?”.

El hombre suspiró.

“No sé por qué lo está acosando, pero no me atrevo a decir su nombre. Todo lo que puedo decirle es que todo el mundo siempre lo llama Señor Connor”.

“¡Zachary! ¡De nuevo ese b*stardo!”.

Incapaz de contener su ira, Garrison golpeó la puerta del coche.

“No pueden confiar en él. Tiene otras intenciones. ¡Independientemente de su denuncia, me está incriminando!”.

“Eh…”. El hombre estaba pérdido. Se tranquilizó y señaló a los tres policías detrás de él.

“Por favor, sea sensato, Señor Larson. Bájese del coche y venga con nosotros, o tendremos que llevarlo a la fuerza”.

“¡No me bajaré de este coche! ¡Me iré a la Ciudad de Bahía con Tiria! ¡No se interpongan en mi camino!”. Garrison palmeó el asiento del coche. “Jordan, ignóralos. Atraviesa esos coches de policía y sigamos”.

¿Cómo podría Jordan tener las agallas para hacer algo así?

Al darse cuenta de que Garrison no iba a cooperar, los policías no tuvieron más remedio que arrastrarlo fuera del coche y meterlo a la fuerza dentro de la patrulla.

Sotiria miró la escena aturdida. Su mente se quedó completamente en blanco cuando descubrió que Zachary había denunciado a Garrison. Ella no pudo decir una palabra.

“En cuanto a usted, Señora Larson…”. El policía llamó a la puerta del coche. “Eres la esposa del Señor Larson y la persona más cercana a él en los últimos años. La llamaremos para interrogarla en cualquier momento, así que quédese en Rothesay mientras dure la investigación del Señor Larson”.

Jordan, que estaba sentada en el asiento del conductor, sacó una tarjeta de identificación de la guantera y se la dio a Sotiria. “Esta es la información de contacto del Señor Connor. Si no me cree, ¿por qué no lo llama y le pregunta usted misma?”.

Sotiria aceptó la tarjeta de presentación.

Ella no dudó. Inmediatamente sacó su teléfono de su bolsillo y llamó a Zachary.

Zachary respondió a su llamada en un segundo.

Su voz clara y seductora sonó en voz alta desde el receptor. “¿Sotiria?”.

Sotiria se sorprendió. Ella no respondió. Zachary sabía que era ella, pero no estaba de humor para fijarse en eso. Ella, enojada, fue directo al grano. “Enviaste a tus hombres a detenernos a mí y a Garrison en el aeropuerto y presentaste una denuncia contra él por delitos fiscales. La policía se lo ha llevado. ¿Qué diablos quieres de él?”.