Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 954

“Bueno, necesito ir a casa y cocinar”.

Melina empujó su carrito, que estaba lleno de víveres, y se fue.

“Espera”. Sotiria la detuvo apresuradamente. “Envié a esos dos hombres feos la última vez a… ¡Uff! No lo entiendo. ¿No me odias? ¿Por qué me ayudas?”.

“Todos dicen que parezco una zorra. A primera vista, no les parezco una mujer buena, pero en realidad, tengo una percepción muy clara del bien y del mal. Te lastimé y les dije a esos dos hombres feos que tomaran fotos de todo el proceso y que las publicaran en línea. Incluso les dije que te convirtieran en una drogadicta. Las cosas que me has hecho son mucho más misericordiosas que todo lo que quería hacerte. Además, Mario ha estado andando con prostitutas todos los días. Desde ese incidente, mi corazón se ha vuelto más firme que nunca…”.

Melina se acarició el vientre.

“Así que, no te odio. De hecho, te estoy un poco agradecida. Solo recuerda mantenerte alejada de Mario de ahora en adelante, y te estaré agradecida para siempre”.

Las comisuras de los labios de Sotiria temblaron.

Melina palmeó el hombro de Sotiria alentadoramente. “Será mejor que descubras la verdad tan pronto como puedas y dejes de soportar esos insultos innecesarios”.

Sotiria asintió con fuerza.

“¡Mmm!”.

Así que Zachary no fue quien la lastimó. Era Virginia.

Ella no era indulgente y descuidada por naturaleza. Ella solía ser una chica pura e intacta también. Fue Virginia quien la había empujado a un abismo repugnante.

'¡Virginia! Esa madrastra despiadada no solo mató a mi madre biológica. Incluso trató de atraparme en un tormento interminable. ¡Me niego a soportar esta horrible reputación! ¡Voy a limpiar mi nombre! ¡Voy a descubrir la verdad y exponerla al público para que todos los que alguna vez me malinterpretaron y me maldijeron me vean bajo una luz completamente nueva!'.

En ese momento, Sotiria de repente se sintió valiente. Se quitó la mascarilla y la tiró a la basura.

Las maldiciones fueron arrojadas a ella como un tsunami.

Sotiria levantó el rostro con fría arrogancia, enfrentándolo todo con valentía.

Su conciencia estaba tranquila.

Ella no necesitaba esconderse. Un día, haría que las personas que se burlaban de ella se dieran cuenta de lo ridículas que eran.

Sotiria pagó su cuenta y sacó sus compras del supermercado.

“Estoy segura de que ahora eres consciente de lo exasperantes que fueron las cosas que le dijiste al Segundo Amo ayer”. De repente, una voz teñida de humor sonó detrás de ella.

Ella se dio la vuelta y vio a Lucas, que llevaba puesto su gran arete y tenía el cabello dorado en forma de nido de pájaro. Estaba a la vez sorprendida y feliz…