Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 986

Sotiria respiró profundamente diez veces en silencio para obligarse a calmarse. Su cabeza ya no tenía un dolor punzante, pero su cerebro se sentía como si fuera atravesado por una aguja, palpitando de vez en cuando.

En ese momento, Sotiria no sabía que esto sería un precursor para recuperar sus recuerdos. La próxima vez que esto volviera a suceder, recuperaría sus recuerdos.

Poco después de que La Primera Princesa Hechicera se estrenara en los cines, recibió innumerables premios…

Esta película fue ampliamente reconocida por los críticos de cine de todo el mundo como “la película de fantasía más destacada de los últimos 20 años”. Allegra (Charlotte) fue promocionada como una artista femenina divina, era un talento raro que no habían visto en más de un siglo.

Estos premios no eran como los otorgados a las películas con un trabajo sin refinar envuelto entre historias irritantes y sobornos a los jueces. Ellos ganaron a través del trabajo puro y duro.

Sotiria puede estar muy en conflicto con Charlotte en este momento, pero pronto se sumergió en la película, como siempre, con Zachary y se concentró en la película hasta el final.

Después de la película, Sotiria se puso de pie de inmediato.

“Señor Connor, he terminado de ver la película. Esto significa que he pagado dos deudas”.

Ella se dio la vuelta para irse después de eso.

“¿Adónde vas?”.

Zachary, que estaba sentado en el sofá, tenía una capa de hielo sobre los ojos. Si te acercabas a él, verías indicios de tristeza, tan espesos como la tinta, una visión sofocante.

Él había perdido la cuenta de la cantidad de veces que había visto esta película.

Desde que se estrenó la película, cada vez que empezaba a pensar en Charlotte, no podía dejar de pensar en ella. Cuando pasaba eso le pedía a Henry que pusiera esta película… Al ver su sonrisa descarada en la película cada vez que estaba feliz, su llanto melancólico cada vez que estaba triste… sentía como si ella estuviera viva y frente a él en este momento. Sin embargo, era como si estuviera bebiendo veneno para saciar su sed. Una vez que terminara la película, volvería a la realidad y el dolor, la decepción y la desesperación de perderla regresarían, más fuertes que nunca…

“Me voy a casa, obviamente”.

Sotiria se encogió de hombros. Siguió caminando y no se detuvo.