Amor después del matrimonio romance Capítulo 467

La familia Smith estaba en los Estados Unidos, por lo que era de noche cuando llegaron.

Yvonne no aguantó el largo vuelo y se quedó dormida. Ni siquiera se despertó cuando el avión aterrizó. Al final, Sam la sacó del avión y la empujó en una silla de ruedas.

En cuanto al hospital, la madre de Sam había hecho los arreglos, así que Sam llevó a Yvonne allí directamente.

Era mediodía cuando Yvonne se despertó al día siguiente.

Escuchó la voz deliberadamente baja en su oído, se movió levemente y abrió los ojos.

"Ah, Yvonne está despierta", sonó una suave voz femenina.

Yvonne la miró inconscientemente. Después de ver su rostro con claridad, se sorprendió. "¿Mamá?".

La madre de Sam fue la que habló.

Cuando la madre de Sam escuchó que Yvonne la llamaba "mamá", su corazón se derritió y sus ojos se enrojecieron. Luego, ella respondió: "Es mamá, es mamá".

Yvonne hizo todo lo posible por sentarse.

Cuando la madre de Sam vio eso, miró a su hijo que estaba a un lado. “¿Por qué estás aturdido? Ayuda a tu hermana a levantarse".

Sam arqueó las cejas y sacudió la cabeza con duda. Luego, dio un paso adelante para ayudar a Yvonne a sentarse en la cama.

“Mamá, ¿qué estás haciendo aquí? Esto es...”. Yvonne miró a su alrededor.

La madre de Sam se sentó junto a su cama y le tomó la mano cariñosamente. “Este es el hospital y vine aquí para verte, Yvonne. ¡Es genial que finalmente nos conozcamos!".

Yvonne se sonrojó y bajó la cabeza. "Bueno...yo también estoy muy feliz".

La expresión de la madre de Sam fue más cariñosa. “Tu papá no pudo venir porque tiene algo que hacer en la empresa. Vendrá a verte cuando tenga tiempo".

"No importa. Él... él puede venir en cualquier momento”, dijo Yvonne y agitó la mano.

Nunca había conocido al padre de Sam ni había hablado con él, y mucho menos lo había llamado su padre.

En ese momento, no podía dirigirse a él de esa manera y estaba demasiado avergonzada para decirlo.

Sentía que sonaría desesperada por convertirse en la hija de la familia Smith si lo decía, y eso no se vería bien.

"Yvonne es muy considerada". La madre de Sam sonrió alegre e inmediatamente pensó en algo. Luego le pidió a Sam que trajera su bolso.

Rebuscó en su bolso y encontró una pequeña caja de regalo para Yvonne. "Yvonne, este es un regalo de tu padre y mio".

"¿Un regalo?". Yvonne se sorprendió por el comportamiento repentino de la madre de Sam. Cuando recobró el sentido, sacudió la cabeza y se negó. “Mamá, devuélvelo. No puedo aceptar esto".

Se sintió avergonzada por aceptar el regalo, ya que era solo su primer encuentro.

Sin embargo, la madre de Sam insistió en ello. “Yvonne, este es un regalo de una madre a su hija. ¿Cómo puedo devolverlo? ¡Sé amable y tómalo!".

Después de hablar, puso la caja de regalo en la mano de Yvonne.

Yvonne se dio vuelta hacia Sam en busca de ayuda.

Sam se encogió de hombros. "Mamá tiene razón. Este es un regalo para su hija, así que debes quedártelo. Además, debí haberte preparado un regalo como hermano mayor, pero nunca pensé en eso. Te compensaré la próxima vez".

"No…".

"¡No puedes negarte!". Sam interrumpió directamente a Yvonne cuando estaba a punto de negarse.

Yvonne abrió la boca y se quedó sin habla. Ella bajó la cabeza, sintiéndose conmovida y confundida al mismo tiempo mientras miraba el pequeño regalo en su mano.

Yvonne tenía un signo de interrogación en la mente. Ella no sabía de qué se estaban riendo.

"No te lo he dicho todavía. Estábamos hablando de esto antes de que te despertaras". La madre de Sam la miró con dulzura.

Yvonne volteó la cabeza. "¿Qué pasa?".

"Es la quemadura en tu cuerpo". Sam señaló los vendajes en su rostro y cuerpo. “Un experto médico y estético de primer nivel vino a diagnosticarte por la mañana, pero estabas dormida, así que no lo sabes. Después de verificar tu grado de quemaduras, ¡nos dio una respuesta!".

"¿Cuál es la respuesta?". El corazón de Yvonne latía como un trueno.

Sam respondió con una sonrisa: "¡La respuesta es que se puede curar!".

Yvonne estaba asombrada.

Después de un tiempo, recuperó la conciencia. Su cuerpo tembló de emoción y lágrimas de alegría brotaron de sus ojos. Incluso tartamudeó de alegría al hablar: "¿Realmente se puede curar?".

"Sí, es verdad. El Doctor Peter es el mejor médico experto de estética de los Estados Unidos. Si dice que se puede curar, definitivamente se puede curar". Sam asintió.

La boca de Yvonne se arrugó y lloró.

Tanto Sam como su madre sabían que ella estaba demasiado feliz, así que no le impidieron llorar.

Cuando casi había terminado de llorar, Sam dijo: “El Doctor Peter hizo una investigación sobre la piel hace tres años. Quería fabricar piel humana sintética para pacientes que necesitaran trasplantes de piel. Como saben, muchas personas que tienen injertos de piel muestran diferencias obvias en el color de la piel, y algunos de los puntos son incluso visibles".

"Lo sé, eso pasa porque la piel del paciente no puede mezclarse completamente con la piel trasplantada", respondió Yvonne.

Sam la miró con admiración. “Sí, y el Doctor Peter es un perfeccionista. No quiere que sus pacientes se enfrenten a esas circunstancias, por lo que ha estado estudiando una piel artificial que se puede mezclar por completo con la piel original del paciente".

Al escuchar esto, Yvonne quiso saber más. "¿Tuvo éxito en su investigación?".