Amor después del matrimonio romance Capítulo 710

Yvonne estiró la cintura y dijo: "Bueno, si es una asistente, déjala entonces. Pasó una entrevista de manera justa, así que no hay necesidad de hacerle nada. Además, dijiste que fue a trabajar para pagar el dinero, así que está bien".

"¿No te importa?". Henry la miró.

Yvonne sonrió. "Por supuesto que sí, pero no soy tonta. Bueno, se está haciendo tarde. Regresaré a la habitación para bañarme y dormir. Mañana tengo que ir a la empresa para un traspaso comercial".

Después de decir eso, ella se levantó.

Henry cargó a Theo y se levantó también.

Los tres salieron del comedor.

De regreso a la habitación, Henry preguntó: "¿Ha llegado el gerente que Papá asignó?".

"No, llegará mañana, pero ya está en el avión". Yvonne le tomó la mano.

Henry asintió, indicando que lo entendió.

Así pasó la noche.

Al día siguiente, Yvonne fue a la empresa, se reunió con el gerente que envió el Señor Smith y le entregó su trabajo.

Después de entregar la empresa, se sintió completamente aliviada y preparada para ir al Grupo Lancaster para ver qué hacía Mandy Lovett.

Yvonne condujo hasta allí.

Todos en la compañía la conocían.

Esto debido a que algunos de los altos directivos de la empresa asistieron a su boda. Tomaron fotografías y las enviaron al chat grupal, por lo que muchos sabían que ella era la esposa del presidente. La dejaron entrar directamente y nadie se atrevió a detenerla.

La recepción también envió un mensaje en el chat grupal para informar que la esposa del presidente había llegado a la empresa.

Pronto, toda la empresa lo supo.

Mandy también estaba en el chat grupal, así que también se enteró. Ella se mordió el labio inferior.

"¿Por qué está ella aquí?", Mandy cerró el chat y murmuró con rabia.

En ese momento, se abrió el ascensor.

Cuando Yvonne salió del interior, vio a Mandy parada fuera de la oficina del presidente.

Mandy caminaba con su teléfono celular e Yvonne no sabía lo que ella estaba haciendo.

"¡Cof!". Yvonne tosió levemente.

Mandy escuchó el ruido y se dio vuelta. Cuando vio a Yvonne, forzó una sonrisa. "Señora Lancaster, es usted".

"¿Quién más podría ser?". Yvonne también estaba sonriendo, pero estaba fingiendo.

Yvonne podía ver la impaciencia y la hostilidad en los ojos de la mujer.

Era gracioso que una asistente no le diera la bienvenida a la esposa del presidente de la empresa.

"No, eso no es lo que quise decir. Sino que pensé que era el presidente", Mandy agitó las manos mientras explicaba.

Yvonne dijo: "¿El presidente está ahí?".

"No, está en una reunión", respondió Mandy.

Yvonne comprendió de repente y levantó la barbilla. "Entonces iré a su oficina y lo esperaré".

Después de decir eso, ella estaba a punto de entrar a la oficina.

Mandy la detuvo de repente.

Yvonne se detuvo en seco. "¿Qué estás tratando de hacer?".

"Señora Lancaster, antes de la reunión, el presidente dijo que nadie puede entrar a su oficina sin su permiso, así que...”.

Mandy no dijo más nada, pero obviamente quiso decir que Yvonne no podía entrar.

Yvonne se cruzó de brazos enojada y se rio, "Entonces yo tampoco puedo entrar, ¿verdad?".

"Así es". Mandy asintió.

Yvonne frunció los labios rojos. "¿Y si entro? ¿Quién eres tú para detenerme?".

"Lo siento mucho, Señora Lancaster. Solo estoy haciendo lo que el presidente Lancaster me ordenó. Espero que no me ponga las cosas difíciles", respondió Mandy.

La cara de Yvonne se puso fría. "No hiciste nada malo, solo lo que te pidieron. No hay problema con eso, pero ¿quién soy yo? Soy la esposa del presidente del Grupo Lancaster, ¿me estás impidiendo entrar?".

Los ojos de Mandy brillaron. "Bueno, si el presidente no dijo nada al respecto, no puedo dejarla entrar".

"Presidente". Ella caminó hacia Henry y lo miró con ternura.

Su dulzura se disipó rápidamente, pero Yvonne lo notó.

Yvonne frunció los labios con frialdad.

No es de extrañar que esa mujer la detuviera.

Estaba tratando de ponerla a ella, la legítima Señora Lancaster, en su lugar.

"Quiero saber, ¿por qué no dejaste entrar a la Señora?". Henry miró a Mandy con ojos extremadamente fríos.

Mandy encogió el cuello un poco ofendida. "Porque usted dio órdenes de que no...”.

"Te ordené que no dejaras entrar a ningún extraño en mi oficina, pero ¿mi esposa es una extraña?". Henry apretó los puños y dijo en voz baja.

Mandy abrió la boca y no dijo nada.

Yvonne se burló y la miró. "Cariño, es mejor que no tengas a una asistente que no sepa cómo ser flexible a tu lado".

Los ojos de Mandy se agrandaron. "¿Me va a despedir?".

"No dije que te despediría, solo digo que no estés al lado de Henry". Yvonne extendió las manos.

Mandy miró a Henry de inmediato y dijo ansiosa: "Presidente, no me transfiera. Sé que me equivoqué y no lo volveré a hacer nunca más".

Sin embargo, Henry no le prestó atención. Él miró a Joe, abrazó a Yvonne y entró en la oficina.

Después de que los dos se fueran, solo quedaron Joe y Mandy.

Mandy miró a Joe; suplicando. "Señor Woods, sé que me equivoqué, yo...”.

"Sabías que estabas equivocada y que ibas a ser transferida, así que no tuviste más opción que admitir tu error", Joe la interrumpió y dijo con frialdad.

Mandy se quedó sin palabras porque no esperaba que él viera sus intenciones tan fácilmente.

Joe resopló sin expresión alguna al verla callada, "¿Crees que no sé lo que piensas del presidente y lo que buscabas con no dejar entrar a la señora? Deshazte de ese pensamiento lo antes posible. A partir de ahora, trabajarás en el departamento de recursos humanos".

"No, Señor Woods. ¡No quiero ir a ese departamento!". Mandy tomó su mano y sacudió la cabeza de manera apresurada.