Ayer me despreciaste por coja, hoy me deseas por reina romance Capítulo 16

Durante varios días seguidos, Ismael llegaba puntual a casa después del trabajo. Si Beatriz tenía buen ánimo, los dos lograban cenar juntos sin mayores problemas; pero si ella estaba molesta, casi no cruzaban palabra ni compartían la mesa.

Esa noche, en el comedor, Valeria fue llevando los platillos uno a uno y poniéndolos sobre la mesa. Ismael entró y le entregó una caja forrada en tela a Beatriz.

—Un regalo que te traje en el último viaje de trabajo.

Beatriz lo tomó, lo abrió y le echó un vistazo. Era un collar de diamantes con un pequeño rubí incrustado.

—Gracias.

—Emma comentó que últimamente han visto a varias mudanzas entrando y saliendo de la casa —dijo Ismael, como al pasar.

Beatriz asintió con desgano.

—Cambié algunos muebles que no me gustaban.

—¿Ya llegaron los nuevos?

—Pronto —contestó Beatriz, cortante.

Cuando terminaron de cenar, el celular de Ismael comenzó a sonar. Miró la pantalla y, sin más, colgó la llamada. No parecía tener intenciones de contestar.

Apenas pasaron unos minutos y el teléfono volvió a sonar. Esta vez contestó.

—¿Mamá? —dijo, bajando la voz—. Sí, estoy en casa.

Colgó y por fin miró a Beatriz.

—Mi mamá dice que va a pasar en un rato a dejar unas cosas.

Menos de media hora después, Isabel llegó cargando varias bolsas de compras. Tras ella entró Sonia, vestida con ropa deportiva y unos lentes grandes.

¿De verdad creía que con un cambio de look nadie la iba a reconocer?

Al ver a Sonia, la cara de Ismael se puso pálida.

—¿Mamá?

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