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Ayer me despreciaste por coja, hoy me deseas por reina romance Capítulo 85

—¡Malditos desgraciados, ni a los muertos dejan en paz! —aventó Valeria, soltando el teléfono con fuerza.

—Esta familia, algún día el cielo les va a pasar la cuenta. —murmuró entre dientes—. Yo misma quisiera acabar con todos ellos.

Liam, que estaba de pie a un lado, notó la expresión sombría de Beatriz. Le hizo una seña a Valeria para que se callara y la tomó del brazo, llevándola hacia la puerta.

—¿Por qué me jalas? ¿Ahora tampoco puedo despotricar contra esa gente? —protestó Valeria, zafándose.

Liam soltó su brazo y, con paciencia, explicó:

—Claro que puedes decir lo que quieras, pero si sigues así la jefa lo va a pasar peor.

Tomó una ramita del árbol del jardín y, con aire despreocupado, la llevó a los labios mientras se recargaba en la pared, esperando a que Beatriz les diera instrucciones.

Valeria lo miró extrañada.

—¿Y tú por qué estás tan tranquilo?

—¿Y qué quieres que haga? ¿Ir a desenterrar la tumba de su abuelo, igual que ellos hicieron?

En su mente, Liam pensó que ya era tarde para eso.

La tumba del abuelo Zamudio ya la habían profanado hace tiempo. Y Beatriz, la propia “niña bonita” de la familia, había esparcido las cenizas en una sopa de cebolla que le sirvieron a Isabel y a la abuela. Pero eso no era algo que se pudiera contar así nomás… Un acto tan salvaje, mejor que solo ellas lo supieran.

—¡Pues sí, deberíamos ir! ¿Por qué ellos sí pueden y nosotros no? —insistió Valeria, con los ojos brillando de rabia.

En ese momento, la voz de Beatriz resonó desde la sala:

—Liam, ven para acá.

...

En la sala, junto a la mesa de madera, Beatriz sostenía una pluma y escribía algo sobre el tablero.

Liam se acercó y notó cómo, al principio, los trazos de tinta eran firmes, pero en el último movimiento la mano tembló y la tinta se esparció en gotas desordenadas.

—En un rato, te llevas a Valeria al cementerio —ordenó Beatriz, sin levantar la vista.

—¿Y usted qué va a hacer? —preguntó Liam.

—Me voy a quedar aquí.

—¿Para qué? —quiso saber él.

—Para esperar a que vengan a matarme —soltó Beatriz, con una calma que le heló la sangre.

El corazón de Liam dio un brinco. Sabía que esto podía pasar, que siempre lo habían tenido en mente, pero escucharla decirlo en voz alta era otra cosa.

Quiso decir algo, pero se tragó las palabras. Conocía demasiado bien a Beatriz como para intentar hacerla cambiar de opinión en ese momento.

Capítulo 85 1

Capítulo 85 2

Capítulo 85 3

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