Lucien Black, estaba metido de lleno en el trabajo, sus empresas estaban teniendo un éxito arrasador, Philips, como siempre estaba así lado planeando juntos las mejores estrategias, el imponente CEO se había logrado recuperar de la casi bancarrota extraordinariamente, lo que no fue una sorpresa para su suegro
Angelo Di Monti, había dejado en la calle a Lucien Black, para que le demostrara de que estaba hecho y si era verdad ese gran amor que pregonaba sentía por Angelina, pero nunca dudó de que se recuperaría
Había pasado un mes y medio desde la boda, Angelina también había regresado a lo suyo como CEO de la compañía Di Monti, en los Estados Unidos, Jan Pierre, había manejado excelentemente bien todo durante su ausencia
El asistente ingles, era de lo más eficiente y capaz, la joven CEO, podía estar tranquila de que el apuesto Jan Pierre, tendría todo marchando como relojito, más ahora que estaba de vuelta, disfrutaba la sensación de sentirse independiente y poderosa, todo iba de maravilla hasta qué...
Lucien recibía una llamada del amor de la vida de su asistente, Jan Pierre Corleoni, lo que le extrañó bastante y le preocupó por qué por lo regular cada que ese ingles le llamaba, sucedía algo fatídico
— Aquí Lucien Black, ¿que ocurre Jan Pierre? ¿le sucede algo a Angelina? el que me llames tú, no presagia nada bueno, eres como el ave de mal aguero
— Siento decirle que está vez tiene razón, estamos en la clínica que está cerca de la compañía Di Monti, mi CEO, no se siente bien, a estado vomitando desde la mañana, creemos que le cayó mal algo, ella está bastante pálida, no quería venir al doctor, prácticamente la arrastré
—¡Te lo dije! cuando llamas solo es para dar malas noticias, salgo para allá de inmediato, quédate pendiente de todo lo que le hagan a mi esposa, Jan Pierre, no me demoro en llegar — Lucien Black, tomó su saco y se dispuso a salir de la oficina, solo que un grito lo detuvo
— ¡Lucien, tenemos una junta en cinco minutos! ¡no puedes irte de la empresa así nada más, es poco profesional dejar plantados a los socios! — Philips, no podía llevar esa junta por qué era precisamente con los socios más importantes que tenía el CEO
— ¡Manejala tú, si no creés poder entonces cancela, yo me voy al hospital a ver a mi esposa! — el CEO, ya no se detuvo, bajó en su elevador privado y llegó hasta coche para salir a toda velocidad, se preguntaba que le pasaba a Angelina
En la clínica el médico escuchaba de la bella CEO, los malestares que sentía, Angy, le dijo que probablemente una comida le cayó mal, pero para descartar cualquier cosa le tomaron unas muestras de sangre
A Angelina, la dejaron en una habitación privada con una intravenosa, eso era para que su cuerpo se rehidratara ya que había estado vomitando y perdiendo nutrientes
Jan Pierre, ¿de verdad era necesario ésto? ¡en verdad creo que estás exagerando, no debí haber aceptado que me trajeras aquí, con un poco de medicina me habría sentido mejor, ahora hasta con suero me tienen con lo ocupada que estoy! — la joven CEO, se quejaba, había juntas a las que asistir no podían quedarse por más tiempo
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