Cómo Deshacerse de una Familia en 10 Lecciones romance Capítulo 49

Mariana se mostró muy paciente respondiendo cada una de las dudas, sin enojarse aunque le preguntaran de más.

[El amigo está muy intenso, Mariana, ya captaste su atención.]

[Mariana es increíble, ¿cómo le hace para atrapar peces con las manos?]

[En toda mi vida, nunca había oído hablar de peces hipnóticos que llegaran solos.]

[Empiezo a sospechar que Mariana no es alguien común, ¿será una jefa secreta?]

Los fans no paraban de hacer conjeturas, pegados a la transmisión en vivo, temiendo perderse algún detalle. Incluso había quien sacaba su cuaderno y tomaba apuntes, con la esperanza de aprender algo nuevo.

Al principio solo querían ver un programa divertido, pero terminaron llevándose conocimientos que ni imaginaban. Algunos estudiantes y profesores, emocionados, llamaron a los de su alrededor para que no se perdieran el momento; enseguida comenzaron a explicar lo que Mariana acababa de decir y varios corrieron a buscar en internet para confirmar si todo era cierto.

Hasta los amantes de la pesca se entusiasmaron tanto que agarraron sus herramientas y salieron directo a los estanques para probar las técnicas.

Lo que empezó como un simple show de entretenimiento, terminó atrayendo a nuevos espectadores de todos lados, elevando otra vez la cifra de conectados y logrando que el director no pudiera ocultar su sonrisa de oreja a oreja.

...

—Vámonos rápido, hace rato noté que las olas del mar se veían raras —advirtió Mariana, cargando el pescado sobre el hombro mientras volteaba hacia Lucas.

Lucas aún disfrutaba su momento de gloria por haber atrapado un pez. Al escuchar la advertencia, giró la cabeza y observó la playa: el cielo del otro lado se había teñido de rojo, como si estuviera en llamas.

—Sí que está rojísimo el cielo... y el aire se siente pesado, como si fuera a llover —murmuró Lucas, inquieto.

Ambos aceleraron el paso. Cuando por fin llegaron a la cueva, ya eran las seis de la tarde.

Ofelia y Silvia habían reunido mucha leña seca y la amontonaron dentro de la cueva. También limpiaron los alrededores de hierba. A lo lejos, vieron que Mariana y Lucas volvían con las manos llenas de pescado.

—¡Ya regresaron! —exclamó Silvia, emocionada, jalando a Ofelia para salir a su encuentro.

En ese instante, Ofelia parecía cualquier chica común, olvidando por completo que era una celebridad famosa. Se le notaba la emoción en la mirada.

—¿De verdad fueron a pescar? ¿Y trajeron tanto? —Ofelia les dio la vuelta, admirando el botín mientras su estómago rugía fuerte.

Mariana se arremangó, tomó el cuchillo y empezó a limpiar los peces. Lucas y Silvia fueron por agua, mientras Ofelia salió corriendo a buscar más leña para hacer una fogata.

Cada quien tenía su tarea, y en poco tiempo, ya habían dejado todo listo.

—Mari, qué bárbara, hasta pensaste en traer una olla plegable y el soporte —admiró Ofelia, viendo a Mariana sacar los utensilios.

Silvia y Lucas se acercaron, curiosos, mientras Mariana desplegaba la olla y acomodaba el soporte para cocinar.

Ofelia la miró con una mezcla de admiración y asombro.

—De verdad, eres única, siempre traes todo lo necesario.

—Es que nunca se sabe lo que va a pasar —respondió Mariana, guiñándole el ojo.

En ese momento, todos se sintieron más relajados, como si el ambiente de aventura se hubiera transformado en una cálida reunión de amigos al atardecer.