KATERINA.
Nací y crecí como una princesa, pero nunca libre. Y cada vez que escapé, solo cambié de jaula.
Nota mental: Nunca confíes en quienes te prometen felicidad… porqu solo te venden otra prisión.
Asi que vendida, vencida, famélica y drogada.
Nada me asusta.
Hasta él.
El padre de mi hijo.
Y no es su mundo mafioso lo que me aterroriza, sino lo que me ofrece: una prisión dorada, envuelta en una pasión que me quema viva.
Él cree que me tiene atrapada.
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