Conquistando al Hermano de Mi Exnovio romance Capítulo 102

El hombre que quiso hacerle daño a Angélica fue llevado al hospital después de resultar herido.

Rosa, que tenía amigos trabajando en ese hospital, se enteró por ellos de que alguien conocido era el médico tratante y le contó algunas cosas.

—Ese hombre fue al baño y alguien le rompió las manos allí mismo. ¡Los policías le preguntaron y él dijo que se había caído por accidente! Mi amigo dijo que eso definitivamente no era una lesión por caída, no hay cámaras en el baño y él no lo admite, ¿quién más podría hacer algo?

Angélica tomó de manos de Rosa las verduras lavadas. —¿Cómo supiste que fue Daniel quien lo hizo?

—Él lo había dicho antes, que castigaría severamente a ese hombre —Rosa se secó las manos y continuó—: Tú crees que esto cuenta como una amenaza, ¿verdad? Amenazar a ese hombre para que no revele la verdad.

Angélica no dijo nada; eso era típico de Daniel.

—Luego, cuando los policías le preguntaron, ese hombre dijo que había entrado furtivamente a la villa y de repente tuvo malas intenciones —Rosa ayudó a poner las verduras en la mesa.

Angélica llevó dos tazones desde la cocina: —No era difícil para Daniel ocultar esto, solo requería esfuerzo. Brisa también pertenecía a la familia Herrera.

—Pero es obvio que fue Brisa quien lo hizo, ¿así que así se va sin responsabilidades? —Rosa estaba enojada.

—No había pruebas, las cámaras cerca de la villa también fallaron esa noche, no podíamos acusar sin pruebas, aunque también se podría decir que ella misma se hizo daño, se lo merecía.

Angélica también se sintió insatisfecha, pero al pensarlo, era una forma de castigar a Brisa.

Rosa la miró con cierta pena: —Debe haber sido duro para ti que tu prometido ayudara a otra mujer.

—Ya estoy bien —Angélica le dio una palmadita en la mano—. Daniel no necesariamente estaba ayudando a Brisa, solo porque algo suyo estuvo a punto de ser mancillado.

Por eso él le rompió las manos a ese hombre.

No solo se dio cuenta de que Daniel solo la amaba a ella, sino que también comprendió los sentimientos de Daniel hacia Brisa: simplemente un deseo de posesión.

Incluso la incluía a ella; Daniel se negaba a romper el compromiso, probablemente también por un deseo de posesión, aunque no la amara, no podía dejarla para otro.

…

Al día siguiente, Angélica recibió una notificación de una entrevista.

Empresa de Construcción Innovadora era una de las empresas líderes en construcción en Ciudad Oceánica, y también era famosa a nivel nacional.

—Señorita Angélica, hemos revisado su currículum, usted fue secretaria del presidente del Grupo Herrera durante tres años —dijo el entrevistador.

Angélica asintió: —Sí, por razones personales.

—Usted no tiene experiencia en construcción, pero quiere postularse como diseñadora en Empresa de Construcción Innovadora. Debe saber que eso es poco probable.

Los requisitos para ser contratado por una empresa de construcción de renombre como Empresa de Construcción Innovadora eran altos.

Los diseñadores arquitectónicos no solo necesitaban un alto nivel educativo, sino también muchos años de experiencia en diseño, y preferiblemente tener obras representativas.

Al terminar la entrevista, un empleado la acompañó a la salida.

Justo al doblar una esquina, vio a un grupo de personas saliendo de una sala de reuniones, lideradas por un hombre de figura erguida y elegantemente vestido: era Martín.

Angélica se detuvo un momento y murmuró: —¿Martín?

El empleado la oyó y se sorprendió: —¿Conoce al diseñador jefe Martín?

Ella rápidamente se dio cuenta de su error y negó con la cabeza: —Solo he visto su foto en revistas de arquitectura.

—Oh, entiendo —dijo el empleado, mirando hacia el grupo que aún conversaba—. Nuestra empresa tenía un proyecto en colaboración con la Oficina de Diseño Arquitectónico de Ciudad Oceánica, y el diseñador jefe Martín era el responsable del proyecto.

No era de extrañar que lo viera aquí, Angélica lo entendió.

Al llegar a la puerta, el empleado le ayudó a pasar su tarjeta para salir y luego se fue.

Angélica entró al ascensor y presionó el botón para cerrar la puerta, que comenzó a cerrarse lentamente.

Justo cuando estaba a punto de cerrarse completamente, se abrió de nuevo.

Levantó la vista, y Martín estaba parado fuera.