Conquistando al Hermano de Mi Exnovio romance Capítulo 151

Martín se detuvo y giró para mirar hacia atrás a Teodoro:

—No vayas a decir nada.

—¿Por qué haces todo esto? La señorita Angélica piensa que no quieres ayudar, ella se siente completamente sola ante toda esta situación.

Teodoro no quería que su jefe siguiera sacrificándose en silencio, siendo malinterpretado por la persona que le interesaba.

—Haz lo que te digo, o no seguirás siendo mi asistente.— Martín subió al auto.

Teodoro sabía que Martín no tenía intención real de despedirlo, solo pudo suspirar y sentarse en el asiento del copiloto, indicando al conductor que arrancara.

Pronto, el auto se detuvo frente a un club.

En un elegante salón privado, Samuel ya los esperaba.

Al ver entrar a Martín, mandó al camarero salir.

—¿La viste? ¿Cómo está? — Samuel le sirvió un vaso de vino.

Martín no tomó, —Rosa fue al hospital esta mañana, ¿no te lo dijo?

—Supongo que sí, sabe que ella no me habla ahora.— Samuel entonces le sirvió un vaso de agua.

—Bien merecido se lo tiene.

Al escuchar su respuesta, Samuel asintió, —Me lo merezco, y no deberías desquitarte conmigo, ¡qué yo soy inocente!

Al oírlo, se notaba el tono de Martín.

Martín bebía agua, con su mirada fija, —¿Y bien?

—Esa medicina estará lista para producirse en unas dos semanas. He contactado a alguien lejano a nosotros para comprarla de manos de Daniel.

Daniel había llegado a un acuerdo con el profesor Nicolás y una compañía farmacéutica extranjera, convirtiéndose en el distribuidor local de la nueva medicina.

La producción era limitada, muy codiciada, y el valor neto de toda la producción rondaba el millón de dólares.

El medicamento, elaborado con ingredientes raros y por farmacéuticos de primera, tenía por lo tanto un valor exorbitante por cápsula.

El Grupo Herrera había establecido claramente que para comprar esa medicina, se necesitaba un registro de identidad.

Si Samuel intentaba comprarla personalmente o con la ayuda de amigos cercanos, Daniel definitivamente lo notaría.

Por eso, había encontrado a un amigo distante para hacer la compra.

Samuel pensó en Angélica, y dijo: —Ella es dura consigo misma, pensando en este método para detener la boda, ¿ella no sabe que ya estás maniobrando contra Daniel?

Los planes de Daniel eran ambiciosos, no se conformaba con el actual imperio empresarial del Grupo Herrera.

...

Cuando Angélica despertó, vio a Daniel sentado en un sofá cercano, mirando su celular.

Apenas se movió un poco, él lo notó y se acercó:

—Sopa de vegetales, sopa de carne de res, o sopa de pollo, ¿cuál quieres tomar?

En ese momento, una enfermera entró para cambiarle el medicamento intravenoso. Al oír a Daniel, no pudo evitar sentir envidia:

—Señorita Angélica, el señor Daniel realmente se preocupa por usted.

Daniel había reservado todo el piso, solicitando consultas de especialistas y el mejor cuidado de enfermería, una ostentación bien conocida.

La enfermera se fue después de cambiar el medicamento.

Angélica habló con indiferencia: —Ya has logrado tu objetivo, ahora puedes irte.

Su carácter apasionado ya es bien conocido.

Daniel, irritado por su actitud dura, apoyó ambas manos a los lados y se inclinó hacia ella, mirándola fijamente:

—¡Crees que no sé lo que estás pensando!