Conquistando al Hermano de Mi Exnovio romance Capítulo 21

En el área de sofás, vestido con un traje negro, Daniel está ayudando a Brisa a elegir un collar.

Un empleado, agachado a sus pies, le va ofreciendo collares a Brisa para que los pruebe.

—Tío Dani, ¿te gusta este?

Brisa levanta un poco el cuello, mostrando una dulce sonrisa en su rostro.

El cristal rosa resalta su piel blanca.

Daniel sonríe ligeramente y dice: —Es bonito.

—Pero creo que aquel también es bonito,— señala Brisa hacia otro lado de la mesa, donde hay otro collar de cristales blancos en un plato de terciopelo negro.

Ella parece indecisa, y el empleado, sonriendo, sugiere: —Señorita Brisa, cualquier estilo le queda bien, pero el de cristal blanco es más adecuado para un vestido de novia.

Al escuchar “vestido de novia”, el rostro de Brisa cambia ligeramente, y la sonrisa en sus labios desaparece.

—¿No puedo usarlo sin vestido de novia? ¿Eso lo decides tú?

Brisa se muestra claramente molesta, y el empleado, consciente de su error, se apresura a disculparse y a explicar.

Daniel interviene: —Es solo una sugerencia, ¿por qué te enojas? Si te gustan ambos, llévate los dos.

Angélica y Rosa, cerca de la puerta, todavía no han sido descubiertas.

Al escuchar a Daniel, Rosa murmura: —Tipos malos, mujeres baratas, incluso el vestido de novia que lleve estaría sucio.

—Esas personas no merecen tu enojo,— dice Angélica, llevando a Rosa hacia otro lado, —¿no íbamos a elegir un regalo para la señora Yolanda?

En ese momento, el empleado que estaba buscando collares para Angélica sale del almacén.

En el plato de terciopelo negro, un collar con pequeños diamantes incrustados brilla bajo la luz incandescente, complementado perfectamente por un colgante de piedra azul profundo del mar.

El empleado se acerca a Angélica.

De repente, Brisa se levanta para interceptarlo, admirando: —¡Este collar es hermoso! Tío Danie, no quiero esos dos, quiero este.

El empleado se apresura a explicar: —Señorita, lo siento, pero este collar no está en venta.

—¿Por qué no? ¿Crees que no podemos pagarlo?— Brisa está descontenta.

—Este collar pertenece a aquella señorita.

—Sí, Angélica, solo quería que Tío Danie me diera un regalo, tu amiga habla muy feo,— dice Brisa.

Rosa le lanza una mirada fulminante: —Si te molesta cómo hablo, ¡entonces deja de hacer cosas sucias!

Daniel, con una mirada fría, advierte nuevamente a Rosa: —Los asuntos de la familia Herrera no son para ser discutidos por cualquiera, Señorita Rosa. Si no cuidas tus palabras, y provocas problemas para la familia García, no será bueno.

La familia García es solo una familia de clase media en Puerto Azul, no vale la pena ofender a la familia Herrera por una Brisa. Angélica sacude la cabeza a Rosa, pidiéndole que no hable más, ya que ha hecho mucho por ella.

Angélica mira a Daniel: —Yo también descuidé mis palabras, ¿el presidente Daniel también quiere que yo sea castigada?

—Angélica, ¿puedes dejar de hacer esto aquí?— Daniel pide, con una tensión apenas contenida.

Brisa tira de la manga de Daniel, luciendo lastimosa: —Está bien, Tío Danie, es mi culpa, no debería haber querido lo mismo que Angélica, renuncio, no lo quiero más.

Angélica se burla: —¿También vas a renunciar a los tipos?

Dado que a Brisa le gustan las mismas cosas que a ella, renuncia al collar, ¿qué pasa con los tipos?

Al oír esto, Daniel se siente molesto y su expresión se enfría gradualmente:

—Angélica, ¿tienes que hacer que todos se sientan incómodos?