Resumo de Capítulo 210 Martín Despierta – Conquistando al Hermano de Mi Exnovio por Internet
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—¡Lo siento, Angélica!
—¡¿Qué estás haciendo?!
Angélica se levantó apresuradamente de la cama y ayudó a Juana a ponerse de pie.
—Quiero disculparme en nombre de Daniel, aunque él ya no está, te secuestró y casi te mata, Angélica, ¡perdón!
Juana dijo esto, y las lágrimas comenzaron a caer
Lloraba desconsoladamente.
Angélica la abrazó, acariciando su espalda: —No te preocupes, realmente no importa...
Ella entendía a Juana, aunque sabía los errores de Daniel, el hecho de que Daniel hubiera muerto también fue un golpe duro para ella.
Cuando Juana dejó de llorar, Angélica pidió a Wálter que la acompañara a casa.
—Probablemente tampoco has descansado bien estos días, regresa temprano, no te preocupes por mí. —Angélica notó que su rostro también mostraba signos de fatiga.
—Puedo irme por mi cuenta, deja que Wálter se quede contigo.
—No es necesario, acá estoy siempre vigilada por las enfermeras, y no estaría tranquila si conduces en este estado.
Wálter ya había recogido el bolso de Juana, esperando obedientemente.
De repente, la puerta se abrió violentamente y una figura irrumpió.
¡Paf!
Antes de que Angélica pudiera ver quién era, recibió una fuerte cachetada.
—¡Maldita, todo eso culpa! ¡Tú mataste a mi hijo!
La señora Sheila, con una expresión feroz, señaló a Angélica, acercándose para tratar de golpearla otra vez.
Wálter rápidamente se puso delante de ella, y la cachetada de la Señora Sheila cayó sobre él, él era demasiado alto para alcanzar su cara, así que ella comenzó a golpearlo desesperadamente.
—¡Si no fuera por ti, mi hijo no habría muerto! ¡Despreciable, tu deberías estar muerta!
Wálter no contraatacó, solo protegió a Angélica, mientras Juana rápidamente intervino y agarró a Sheila, diciendo con urgencia:
—La muerte de Daniel no tiene nada que ver con Angélica, él se lo buscó, incluso la secuestró, y ella casi muere por su culpa, mamá, ¡por favor sé razonable!
¡Paf!
La señora Sheila lanzó otra cachetada, esta vez a Juana, con los ojos llenos de ira: —¡Ingrata y traidora, defendiendo a una extraña! ¡Era tu propio hermano!
Juana, sosteniendo su rostro, con tristeza y desilusión en sus ojos, dijo: —Y por eso tu no distingues entre lo correcto y lo incorrecto, solo te importa Daniel, nunca te has preocupado por mí. En tus ojos, Daniel era tu único hijo.
Aunque Angélica había sido cercana a la familia Herrera en el pasado, nunca había visto a la Señora Sheila mostrar la más mínima preocupación por Juana.
Martín soltó su mano, con un rostro pálido y una expresión indiferente:
—Usted ya sabe lo que hizo. Daniel, si él se hubiera entregado, no habría perdido la vida, pero no escuchó consejos, así que, fue su elección, no se puede culpar a nadie. Y le recomiendo parar con este escándalo, ya que ha llegado a oídos del tío Genaro, si sigue así, temo que él, no le perdonará todo el daño que causó su hijo al Grupo Herrera.
El precio de las acciones del Grupo Herrera había caído bastante, los directores del grupo despreciaban a Daniel y también tenían muchas dudas con Genaro, prácticamente sus opiniones ya no eran tomadas en cuenta.
Su prestigio estaba prácticamente acabado.
Con su hijo muerto y sin posición en la empresa, Genaro pasaba los días bebiendo, y cuando bebía, golpeaba a la señora Sheila.
Con el público aun desconociendo la verdad, si ella causaba un escándalo en el hospital y la gente se enteraba , no solo Genaro podría matarla, la familia Herrera también podría echarla.
—Está bien, está bien, ustedes solo abusan de esta pobre anciana, ¡me voy!
La señora Sheila se fue cerrando la puerta de un portazo.
Juana solo pudo disculparse nuevamente con Angélica y después de saludar a Martín, para salir corriendo tras su madre, a pesar de todo seguían siendo familia
Wálter aún sostenía el bolso de Juana: —Angélica, yo...
—Ve rápido. —Angélica sabía lo que quería decir.
Una vez que Wálter se fue, en la habitación solo quedaron ella y Martín.
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