Conquistando al Hermano de Mi Exnovio romance Capítulo 230

El corazón de Angélica se apretó de repente.

En su mente, las imágenes humillantes de la noche anterior aparecieron con claridad.

—Estoy cansada, también me voy a casa. —Su rostro mantenía la compostura, pero su mano apretaba instintivamente el cuello de su camisa.

—Te lo dije, seguro que me equivoqué, anoche pasé por Villa Los Encinos y vi a alguien que se parecía mucho a ti, subiendo a un auto negro.

Angélica sonrió levemente, mirando a Diana: —Fue un error tuyo.

Con esas palabras, ambas entraron en el vestíbulo, y Angélica se sentó en su lugar de trabajo.

Su ánimo seguía agitado.

Nunca pensó que un día podría mentir con tanta tranquilidad.

Por la mañana, todo el departamento de diseño se reunió.

El Vicepresidente Mario presidió la reunión personalmente, comenzando con una nueva bienvenida a Diana.

Angélica estaba tomando notas con atención cuando, de repente, escuchó su nombre.

—El proyecto del hospital provincial fue un éxito. Angélica hizo una contribución excepcional, y su creatividad fue altamente valorada por los superiores. Debido a esto, la empresa ha decidido, de manera excepcional, promoverla de asistente de diseño a diseñadora junior.

Angélica se quedó sorprendida. Apenas llevaba un mes en la empresa, y ya la habían promovido a diseñadora junior.

Nunca pensó que su ascenso fuera a ser tan rápido.

Se escuchó un aplauso en la sala, y Angélica volvió a la realidad. Se levantó: —Gracias, Vicepresidente Mario. Seguiré trabajando duro.

—Angélica, felicidades. Diana le estrechó la mano con una expresión legítima de felicitación.

Angélica agradeció y retiró su mano con indiferencia.

En ese momento, el Vicepresidente Mario agregó: —La empresa acaba de recibir un nuevo proyecto: la reconstrucción de la biblioteca de la Universidad Marítima. A diferencia de otros proyectos, esta vez cada diseñador podrá presentar su propia propuesta. Se llevará a cabo una evaluación pública, y el diseño seleccionado será el ganador. Además, se otorgará un premio adicional.

—Vicepresidente Mario, ¿qué tipo de premio? —preguntó alguien.

Mario levantó una mano: —¡El premio en efectivo será de 500 mil dólares!

Todos se sorprendieron. Era la mayor recompensa que la empresa había ofrecido jamás.

—La Universidad Marítima es una institución de renombre nacional, y la biblioteca será uno de los edificios representativos de Ciudad Oceánica, por lo que tiene un gran significado. La empresa quiere motivar a todos a dar lo mejor de sí mismos.

Tras sus palabras, alguien susurró: —Apuesto a que al final el diseño será de la gerente Diana. Después de todo, ella es ganadora del Premio FAD de Arquitectura.

El Premio FAD de Arquitectura es muy prestigioso en el mundo de la arquitectura, comparable a los Premios Óscar en el cine.

Aunque la voz fue baja, muchos escucharon y asintieron, e incluso el Vicepresidente Mario miró a Diana con ilusión:

Angélica observó a la persona que había hablado. Era Raquel, quien durante la presentación de la propuesta en la Oficina de Diseño Arquitectónico Ciudad Oceánica, había lanzado una crítica indirecta cuando se perdió el plan.

—Eso es porque otras personas tienen talento, de lo contrario, ¿por qué no has sido promovida de forma exclusiva? —dijo una persona a su lado, con una sonrisa burlona.

Parecía insinuar que Angélica tenía una relación especial con los altos directivos de la empresa.

—Raquel, si crees que la decisión de la empresa no fue justa, puedes presentar tu queja a la alta dirección. No te lo impediré.

Angélica mantuvo la mirada firme, sin mostrar ninguna vacilación.

Esto hizo que Raquel se viera aún más tacaña.

—Sí, claro, el diseño de Angélica es evidente para todos. ¿Qué quieres decir, que las personas de arriba son ciegas? ¿O acaso crees que tienen alguna relación con ella?

Adriana, que estaba cerca de Angélica, no pudo evitar intervenir:

El diseño de Angélica recibió un gran reconocimiento. No olvides que quienes lo valoraron no solo son los altos directivos de la Empresa de Construcción Innovadora, sino también los de la Oficina de Diseño Arquitectónico Ciudad Oceánica, especialmente Martín, el director general del proyecto de la última colaboración.

Y Martín no era solo el director general de la Oficina de Diseño Arquitectónico Ciudad Oceánica.

Desafiarlo podría significar un futuro incierto para cualquiera.

—¡Tú! —Raquel se sonrojó y palideció de rabia.