O romance Conquistando al Hermano de Mi Exnovio está COMPLETO. Leia Capítulo 234 Me pregunto, ¿cuándo te cansarás? e os próximos capítulos em booktrk.com. Com detalhes dramáticos e inesperados, o autor Internet nos leva a um novo horizonte em Capítulo 234 Me pregunto, ¿cuándo te cansarás? . Leia Capítulo 234 Me pregunto, ¿cuándo te cansarás? da série Conquistando al Hermano de Mi Exnovio aqui.
Ou baixe gratuitamente o PDF dos romances de Conquistando al Hermano de Mi Exnovio em es.novelebook.com.
Chave de pesquisa: Conquistando al Hermano de Mi Exnovio Capítulo 234 Me pregunto, ¿cuándo te cansarás?
—Dormí bastante bien.
La voz grave de Martín se coló entre las sábanas: —Estuve ocupado toda la noche, yo también estoy cansado.
Al escuchar esas palabras, Angélica sintió que la cama a su lado se hundía ligeramente.
No pudo evitarlo y se incorporó de golpe.
Martín estaba allí, con ropa cómoda de color claro, apoyado en el borde de la cama. Su rostro atractivo estaba justo frente a ella.
Angélica, sujetando las sábanas con fuerza para cubrirse, sonrojada, logró murmurar: —Tú... Me engañaste...
Él había dicho que estaba cansado, y ella pensó que se acostaría junto a ella.
—¿Engañarte? Claro que no, estuve ocupado toda la noche. —Martín se enderezó, sonriendo levemente mientras la miraba fijamente.
—¿Qué quieres decir con eso? —Angélica sintió que esa sonrisa de Martín era extraña y su corazón se llenó de incomodidad.
Su memoria solo se remontaba a la noche anterior, cuando pidió al mesero que le trajera dos botellas de cerveza. Después de beber un par de copas, perdió el hilo de lo que había sucedido.
¿Cómo había llegado hasta ahí, a la casa de Martín?
Además, él había dicho que había llevado a Diana a casa, ¿cuándo volvió a buscarla?
Por la forma en que hablaba, parecía que ella tenía algo con él.
—Eso es exactamente lo que quiero decir. —Martín respondió: —Eres muy buena para hacer que la gente se canse, menos mal que soy tolerante.
Angélica se quedó petrificada, con la cabeza zumbando.
De repente, lo comprendió todo, y miró hacia abajo, levantando las sábanas.
Llevaba puesta una camisa blanca, amplia y holgada.
El suéter de cuello alto que había estado usando ya no estaba.
—¿Fuiste tú quien me cambió la ropa? —Angélica lo miró alarmada.
Martín miró a su alrededor, como si no entendiera la pregunta: —¿Quién más podría?
Angélica sabía que no debía preguntar más, pero no pudo evitar esperar una respuesta inesperada.
—¿Por qué me quitaste la ropa? Y, ¿quién te dio permiso para traerme a tu casa?
Cuando vio cómo se enfurecía, Martín no pudo evitar reírse.
—Debería haberte dejado en la calle, a ver quién se encargaba de ti. No podías ni contigo misma
Al escuchar esas palabras, los recuerdos de la noche anterior comenzaron a regresar a su mente.
—Quiero beber. ¿Por qué tu casa es tan pobre que ni siquiera tienes cerveza?
—Voy a cantarte. La vaca Lola, la vaca Lola, tiene cabeza y tiene cola.
—¡Buuu!
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: Conquistando al Hermano de Mi Exnovio