Conquistando al Hermano de Mi Exnovio romance Capítulo 53

Martín se detuvo abruptamente.

Daniel avanzó, estratégicamente posicionándose en la entrada, observando detenidamente la bolsa transparente que Martín sostenía, la cual contenía una caja de parches para la fiebre.

—Angélica es imprudente, ¿cómo puede permitir que Martín la cuide estando enferma?

Ironía teñía su sonrisa: —Debe haber sido un arduo trabajo para Martín.

Intentó tomar la bolsa de las manos de Martín, pero éste no se lo permitió.

Daniel levantó la vista, su sonrisa comenzaba a desvanecerse lentamente: —¿Qué significa esto, Martín?

Martín lo enfrentaba, sus ojos negros profundos como pozos helados.

—La medicina de la señora Vanessa, ¿se la diste a Brisa?

—Angélica realmente le confía todo a Martín,— replicó Daniel con un tono cargado de sarcasmo. —Los que no saben podrían pensar que Martín es su prometido.

La mirada de Martín se tornó aún más colérica: —Si conoces tu lugar, deberías saber qué hacer y qué no, no vayas a causar problemas.

La tensión invisible llenaba el aire, mientras Daniel entrecerraba los ojos, su risa burlona se tornaba gélida.

—Te devuelvo el mismo consejo, Martín. No te enamores de quien no debes, recuerda quién eres.

—Angélica me ama a mí, no importa lo que haga, siempre me perdonará. ¿Acaso no lo entiendes, Martín?

La mano de Martín, que colgaba a su lado, se cerró en un puño, y luego se relajó.

—Quién ama a quién no me concierne, solo te estoy recordando que no hagas algo que perjudique a la familia Herrera, porque el puesto de heredero de Grupo Herrera no tiene por qué ser solo tuyo.

Esa declaración hizo que Daniel reconsiderara.

¿Martín también aspira a controlar Grupo Herrera?

¿Es por eso que muestra interés en Angélica?

¿No será solo por afecto?

Este pensamiento pesaba en su corazón.

Nunca había considerado a Martín como un rival, después de todo, Tío Uriel no lo permitiría, eso afectaría su futuro.

Pero ahora que Martín lo había expresado claramente, tenía que reflexionar más sobre ello.

Siendo el jefe de diseño de la Oficina de Diseño Arquitectónico Ciudad Oceánica, Martín no era alguien a quien se pudiera subestimar.

La sonrisa retornó al rostro de Daniel: —Agradezco tu advertencia, Martín. Somos todos parte de la familia Herrera, ¿cómo podría hacer algo que nos avergüence?

Dicho esto, intentó nuevamente tomar la bolsa de plástico.

Esta vez, la tomó sin esfuerzo.

Martín respondió con indiferencia: —Espero que cumplas tu promesa.

Acto seguido, se giró y regresó a su casa.

Daniel observó cómo se cerraba la puerta de enfrente antes de girarse y entrar también.