Conquistando al Hermano de Mi Exnovio romance Capítulo 60

Angélica levantó la mirada y respiró hondo.

—Tu paciencia tiene un límite, ¿y la mía? ¿Acaso debo tolerar sin límites?

¿Debe ella tolerar su infidelidad y traición?

¿Debe tolerar su favoritismo hacia Brisa?

¿Debe tolerar sus amenazas una y otra vez?

Consciente de las miradas curiosas detrás de la pared de vidrio, intentó mantener la calma.

—He decidido que en estos dos días realizaré la transición de mi trabajo con mis colegas.

Daniel, con el rostro sombrío, replicó: —No lo apruebo. Veamos qué empresa se atreve a contratarte.

Era consciente de que él no accedería fácilmente.

—Si no quieres que me mude de regreso, entonces aprueba mi renuncia.— Era su última jugada.

—Son dos asuntos distintos.

—Si no estás de acuerdo, no me mudaré de regreso.

Angélica se mantuvo firme en su posición, sin importar lo que él dijera.

Daniel la observó con una mirada gélida.

Su rostro, pequeño y decidido, estaba marcado por la firmeza.

Tras un instante, él sonrió levemente: —Está bien, lo apruebo. Termina la transición de tu trabajo esta semana. El próximo lunes iré a recogerte para volver.

Ella salió de la oficina de Daniel, y todos bajaron la cabeza rápidamente.

Con expresión serena, Angélica regresó a su estación de trabajo para organizar los archivos en su computadora.

—No estás de humor, toma algo dulce.— Lucia le colocó un jugo en el escritorio, ofreciéndole una sonrisa preocupada.

Desde que entró en la empresa, Lucia había sido una guía y apoyo constante en su trabajo.

Angélica tomó una planta que estaba junto a su computadora. —Te la regalo, cuídala bien por mí.

—¿Ya no la cuidarás más?— Lucia la recibió sorprendida.

Angélica sonrió: —Estoy gestionando mi renuncia y ya tengo varias en casa; esta es para ti.

Lucia abrió los ojos sorprendida y luego pareció comprender todo, con cierto pesar:

—Aunque sea un rumor, parece que el presidente Daniel solo puede demostrarlo de esta manera, porque tiene una prometida y probablemente no quiera problemas, así que solo te permite renunciar. Es una lástima después de tantos años de dedicación a este puesto.

Angélica apretó los labios y al final, no agregó más.

Al mediodía, Lucia insistió en invitar a Angélica a almorzar, dado que pronto dejaría la compañía.

Fueron a un restaurante cercano a la oficina.

Una de ellas, sin miedo, cruzó los brazos: —¿Qué importa si hablamos de ti a tus espaldas? ¿Es eso más vergonzoso que ser la amante secreta de un tipo?

Angélica rió con desdén: —¿Basándose en una sola foto? ¿Te atreves a hacerte responsable de tus palabras?

Trajeron a Brisa al frente, —Brisa es la prometida del presidente Daniel, no estamos difamando a nadie solo con una foto. ¿Crees que ser secretaria al lado del presidente te eleva de estatus? ¿Sin vergüenza, intentando ser la primera dama?

—Ahora deberías disculparte con Brisa y prometer que ya no acosarás al presidente Daniel, y renunciar voluntariamente.

Angélica casi se ríe por el absurdo de sus palabras.

Ella miró a Brisa, —¿Primera dama? ¿Quieres que me disculpe contigo?

Brisa evitó la mirada, ella tampoco esperaba que de repente aparecieran fotos de Daniel y Angélica en el grupo de la empresa.

Inicialmente, se molestó al ver cómo Daniel miraba a Angélica, lo que le provocó celos.

Cuando revisó el grupo más tarde, no sabía quién empezó, pero comenzaron a especular que Angélica era la amante secreta de Daniel.

Brisa de repente vio la oportunidad de vengarse.

Especialmente porque también había malentendidos sobre su relación con Daniel entre los colegas, por lo que permitió que especularan y finalmente mostró una actitud que solidificaba esa creencia como un hecho.

Angélica tendría dificultades para explicarse, y tampoco revelaría en Grupo Herrera que era la prometida de Daniel, ¿entonces qué temería Brisa?

Brisa levantó la cabeza, —¿No debería una amante secreta disculparse con la verdadera prometida de un tipo?