Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró romance Capítulo 320

Sira se detuvo frente a Celia con expresión desafiante.

-Imagino que no te lo esperabas, ¿cierto? He vuelto.

Celia le respondió con un “hum” indiferente.

-Entonces, felicidades.

Luego, pasó junto a ella. Sin haber avanzado unos pasos, la voz de Sira sonó de nuevo.

-¿No sientes curiosidad por saber cómo pude regresar?

Celia se detuvo y se volvió lentamente para mirarla.

-¿Por qué debería sentir curiosidad?

-César no me puso en la lista negra. Eso demuestra que aún guarda cariño por lo que tuvimos en el pasado. Eres su esposa, por eso se vio obligado a castigarme por lo de la familia Sánchez, solo para darte una explicación. En el fondo, simplemente no pudo ser tan cruel conmigo.

Sira observó atentamente su expresión, temiendo perderse el más mínimo detalle. Parecía que el dolor de Celia podía aliviar el suyo propio. No obstante, la reacción que esperaba no llegó.

Celia le sonrió, impasible.

-Si él puede o no ser cruel contigo, eso ya no me importa. Lo que importa es que yo sí puedo serlo.

La sonrisa de Sira se congeló.

-En cuanto a la familia Sánchez… -Celia se acercó a ella y de repente agarró la mano derecha suya, exponiendo el lunar rojo en su muñeca.

La mano derecha de Sira, debilitada por la lesión de tendones y nervios, ni siquiera tenía fuerza para liberarse.

-¡Celia! ¿¡Qué demonios pretendes!?

-Este lunar en tu mano, lo has tenido desde pequeña, ¿cierto?

Síra vaciló, con su mirada también posada en el lunar. Efectivamente, ese lunar rojo lo tenía desde niña. Como estaba en la muñeca, una posición bastante especial, no se atrevió a removérselo por una cirugía. Además, a los demás nunca les importó, así que a ella tampoco. Cuando Celia soltó su mano, Sira la retiró bruscamente.

-¿Y eso qué tiene que ver contigo?

–Nada. Pero… ¿No sientes curiosidad por cómo lo sé?

-¡Deja de inventar las historias!

Celia sonrió levemente,

-Conociste a tus padres biológicos, pero no lograste reconocerlos.

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Capítulo 320

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Sira entrecerró los ojos, alarmada.

-¿Qué quieres decir?

-Justo lo que dije -Celia perdió la sonrisa-. Ya te lo advertí: solo espero que algún día no te arrepientas de todo lo que has hecho.

Antes de que Sira pudiera reaccionar, ella se dio la vuelta y se fue. Sira miró su espalda, con un semblante sombrío. ¡Ella había dicho esas cosas para afectarla! ¿Sus padres biológicos? ¡Sus llamados padres biológicos la abandonaron después de darle a luz! ¡Le daba igual si los tenía o no!

***

La reunión de investigación del proyecto de nanoterapia se llevaba a cabo en el primer piso del edificio. El tema era un resumen sobre el medicamento nano desarrollado.

Celia era representante del equipo del proyecto. Se encargó de coordinar con el equipo de Izan. Había muchos expertos de primer nivel en el campo médico presentes, incluidos los periodistas.

Mientras tanto, Sira seguía de cerca a Izan. Bajo el título de su estudiante, conversaba animadamente con varios profesores y expertos, mostrando una imagen de confianza y competencia frente a todos. Especialmente cuando los expertos se enteraron de que el artículo de hacía diez años era su “obra“, su admiración por ella fue todavía más evidente, llenándola de elogios.

—¿Quién es esta señorita Núñez? ¡Es impresionante que reciba elogios de tantas eminencias médicas!

-Dicen que es la estudiante que el doctor Adler aceptó.

Los que no estaban al tanto sentían gran curiosidad por la identidad de Sira, y estos comentarios llegaron a sus oídos. Ella miró hacia Celia: alrededor de Celia había muy pocas figuras importantes. Parecía ignorada.

-Él es el señor Gómez, nieto de Antonio Gómez, ¿cierto? ¿También asiste en un evento como este?

-Él es también un experto. Escuché que ya reemplazó a su abuelo y ahora es el líder del proyecto. ¡Claro que debe estar aquí!

La llegada de Nicolás añadió más revuelo al evento. Todos sabían que era el nieto del famoso Antonio Gómez, pero nunca antes había aparecido en eventos sociales como este.

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