Entrar Via

Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró romance Capítulo 468

Al salir del ascensor, Lía no dejaba de seguirla, haciéndose la dulce.

—Por cierto, Celia. Es mi primera vez en Rivale y no conozco a nadie. ¡Eres la única persona que conozco! Por favor, no me abandones…

Celia se volvió hacia ella y sonrió con impotencia.

—Tranquila, no voy a abandonarte.

—¡Eres tan amable! —Lía le tomó del brazo, riendo.

Celia sintió un poco de curiosidad. Hacía un momento esta joven aún estaba sumida en la tristeza, ¿por qué parecía tan alegre?

Celia la llevó a la oficina y luego fue a consulta. Nicolás ya estaba atendiendo pacientes. Solo le echó un vistazo antes de continuar recetando. Cuando el paciente salió, ella se sentó en su puesto de asistente.

—Con todo lo que está pasando en la familia Herrera, ¿la heredera de los Morales vino a Rivale para buscarte? —Nicolás comentó su sospecha.

Celia parpadeó, sorprendida, pero no le dio mayor importancia.

—Quizás solo quiere viajar y despejarse. Tal vez, solo no sabía adónde ir.

Nicolás se volvió hacia ella.

—¿De verdad crees que César está muerto?

Celia se detuvo en seco. Para ser honesta, ella aún no podía creer que César hubiera muerto. Deseaba que siguiera vivo. No obstante, esa explosión había sucedido justo frente a sus ojos…

Al ver su vacilación y silencio, Nicolás entendió su respuesta.

—Quizás no esté muerto.

Ella se sorprendió.

—¿Cómo lo sabes?

—Ese día en el crucero, él parecía tener todo bajo control. ¿Cómo era posible que perdiera la vida tan fácilmente?

Celia contuvo la respiración. Era cierto, tanto antes como después de subir al crucero, César parecía saber algo. Entonces... ¿él realmente seguía vivo? ¿Y la persona que vio ayer había sido él?

Sumida en sus pensamientos, no se dio cuenta de que Nicolás la estaba observando. Él vio un atisbo de esperanza en sus ojos. Sin embargo, su propia mirada se oscureció un poco. De ser posible, habría preferido que ella siguiera creyendo que César había muerto. Así, él tendría una oportunidad... Pero no podía ser tan egoísta.

***

—¡Ciudad del Siglo! ¡Es una villa independiente!

Celia sonrió sin decir nada. Después de todo, su hermano había sido muy generoso.

—¿Y volverás esta noche? —preguntó Lía.

—Yo... no volveré por ahora. —Dudó Celia, sin esperar la pregunta.

—Entonces, ¿dónde te quedas?

—... En casa de un amigo.

—¿Es un hombre? —Lía la miró fijamente.

Celia se sintió algo incómoda.

—No es lo que piensas. Me quedo en su casa para esconderme de alguien.

—Entonces, ¿vas a vivir en la casa de otro hombre? —Lía se tapó la boca con la mano, mirándola incrédula con una expresión exagerada—. ¿Será ese tipo de hoy? ¡Oh, por Dios! Tan poco tiempo después de la muerte de mi primo, ¿y tú ya estás con otro?

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Cuando al fin ella se rindió, él se enamoró