Cuando el Anillo Cayó al Polvo romance Capítulo 107

—No, espera, ¡también está Joana!

¡Lo hizo a propósito!

Ella sabía perfectamente que Jimena y yo no nos llevamos bien, por eso fue a su estudio y se metió de "asesora de diseño".

¡Qué astuta!

La asistente de Tatiana, que estaba a su lado, se quedó helada, tan asustada que ni se atrevía a respirar fuerte.

—Ve y tráeme mi celular.

Solo entonces, al escuchar la voz áspera de Tatiana, la asistente reaccionó y salió corriendo.

...

El escándalo del vestido en la alfombra roja finalmente terminó, y en internet la opinión pública dio un giro inesperado.

Los fans de Jimena, que llevaban mucho tiempo aguantando humillaciones, por fin se sintieron con el valor suficiente para defenderla.

Por otro lado, los seguidores de Tatiana se aferraban a la versión de que Lorenzo jamás había dicho que el vestido fuera su diseño, y aseguraban que Tatiana no tenía idea de nada.

Ambos bandos seguían en discusión, esperando que la ceremonia de premiación de esa noche resolviera el asunto.

...

Cuando terminó la alfombra roja, Lorenzo estaba tan molesto que le hervía la sangre.

Jamás pensó que Jimena se atrevería a dejarlo en ridículo de esa forma.

Sus ojos no se despegaban de la silueta de Joana.

Ahora sabía que ella era la esposa de Fabián.

Pensándolo bien, hasta había sentido algo de gratitud por esa mujer, por haber terminado en la cama con Fabián.

Tatiana merecía algo mejor. Nunca debió resignarse a ser madrastra, ni mucho menos amante.

Pero con lo de hoy, ¿qué papel jugó exactamente esa mujer?

Vio el look que Joana le había aconsejado a Jimena: puro show para llamar la atención.

Y si creía que iba a hacerse de un nombre en el mundo del diseño con eso... estaba soñando.

Joana pareció notar que alguien la observaba.

Giró la cabeza y se topó con la mirada intensa de Lorenzo.

Ella asintió apenas, y se dio la vuelta para irse.

Así que él era Lorenzo, el joven dueño de Diseño Integral Rivera.

El mismo que tenía ese lío interminable con Tatiana.

Era el único amigo de Fabián y Tatiana que Joana todavía no conocía en persona.

Por Tatiana, no dudó en provocar toda esa tormenta en redes y arruinarle la vida a Jimena con una ola de insultos.

Dafne estaba sentada en el asiento trasero, y detuvo de golpe el movimiento del láser.

Mirando a través del vidrio, vio a Joana afuera, tan delicada como una princesa de cuento, y preguntó dudosa:

—Papá, ¿esa es mi mamá?

Fabián también la había visto. Cerró la carpeta que tenía en la mano.

Joana, delgada y de cintura esbelta, vestía un conjunto color durazno que la hacía ver todavía más suave y atractiva. Bajo la falda, se asomaba una pierna pálida y delicada, como un lirio recién florecido.

No pudo evitar recordar aquellos momentos de pasión en la cama.

Los ojos de Fabián se oscurecieron.

¿Qué hacía ella ahí?

—Sí, es tu mamá.

De pronto, a Dafne se le ocurrió algo, guardó el láser y salió corriendo del carro.

—Mamá, ¿puedes dejar de seguirnos a mi papá y a mí? ¡Es de muy mala educación lo que estás haciendo!

Dafne se plantó frente a Joana y la encaró, levantando la voz.

Joana, viendo de reojo el láser en la mano de Dafne, sonrió de lado y miró al hombre que estaba detrás de ella.

—Y yo me pregunto, ¿de qué familia habrá salido una niña tan malcriada, que anda apuntándole un láser a la gente?