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Cuando el Anillo Cayó al Polvo romance Capítulo 124

Joana tenía el gesto más inexpresivo del mundo.

De nuevo, esta mujer estaba actuando raro.

—No vayas a creer que porque Jimena salió en tendencias con el vestido que tú arreglaste, ahora todos en el medio te admiran más —aventó Antonella, con la voz llena de veneno—. ¡Ni siquiera fue un diseño original tuyo!

Joana por fin entendió.

Ah, con que esto era pura envidia.

Dejó el pequeño espejo sobre una caja de mudanza sin ningún apuro. Sus ojos felinos, tan serenos como el agua tranquila.

—¿Y eso qué?

Antonella esperaba verla toda nerviosa después de desenmascararla. Pero Joana ni se inmutó. ¿En serio lo admitía así de fácil?

¿Por qué ella, apenas volvió al medio, ya tenía a todos de su lado?

—¡No te hagas! —espetó Antonella—. Sé muy bien que cuando entraste, arruinaste la colaboración entre Cúspide Textil y nosotras. ¡Ese acuerdo nos costó meses de esfuerzo y tú llegaste a echarlo todo a perder! ¡Alguien como tú ni siquiera merece estar en Estudio Bravura!

—Se nota que no me soportas —Joana sirvió un vaso con agua y le guiñó un ojo—. Qué pena, pero la que anda toda ocupada empacando y a punto de irse, no soy yo.

Si hubiera un espejo ahí, seguro se vería como la villana que hace rabiar a todo mundo.

Y justo así, Antonella ya parecía a punto de echar humo por las orejas.

Antonella chasqueó la lengua, molesta:

—¿De qué te sientes tan orgullosa? ¡No quiero compartir ni el aire contigo! Solo de pensar que tengo que verte diario y trabajar a tu lado, me da asco.

—Te voy a decir la verdad —bufó, hinchada de orgullo—: ¡Me ofrecieron un puesto en Diseño Integral Rivera! ¿Sabes lo que significa trabajar en Diseño Integral Rivera? ¡Tú jamás vas a poner un pie ahí!

Antonella soltó todo lo que llevaba guardado, sintiéndose increíblemente liberada.

Joana asintió, casi como si animara a una niña pequeña:

—Wow, qué impresionante, de verdad.

En la oficina reinaba un silencio tenso.

Todo el ambiente, antes tan cargado, casi hizo que algunos se rieran, pero nadie se atrevió.

[¡Qué vergüenza lo de Diseño Integral Rivera! Nos dejan mal internacionalmente.]

[Ya ni cómo defenderlos, la neta.]

La marca intentó defender el concepto, pero cada tuit que publicaban recibía aún más críticas.

Al final, prefirieron decir que en la moda a veces hay diseños similares, ofrecieron disculpas y pagaron la multa.

Después entraron bots a desviar la atención, sacando chismes de famosos para que el escándalo bajara de intensidad.

Pero el daño ya estaba hecho.

El prestigio de Diseño Integral Rivera quedó por los suelos. Ahora, cualquier marca que pensara en asociarse, iba a recordar este escándalo de plagio.

Aunque fuera solo una sospecha, a muchos ya no les daba confianza.

Todo esto había explotado en la madrugada.

Pero Antonella, que estaba siendo atacada en Twitter por armar polémicas, ni se había animado a revisar la red social.

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