Cuando el Anillo Cayó al Polvo romance Capítulo 316

316 /1128

Sin embargo, Ezequiel no mencionó que primero debían difundir el asunto en redes.

A veces no hace falta ser tan meticuloso.

Esa “blanca paloma” que no deja de hablar de justicia y rectitud, cuando se trata de pedir dinero, no se tienta el corazón ni tantito.

—¿Y si hablamos de extorsión? —preguntó Arturo.

—Para casos como el de la señorita Belén, en los que la extorsión implica montos tan grandes, la ley da de tres a diez años de prisión.

Esta vez, no se guardó ni una sola palabra.

Belén pensaba que estaban de su lado, que estaban intimidando a Joana por ella, y por dentro no cabía de la emoción.

Arturo preguntó con voz grave:

—¿Escuchaste bien?

—¿Ya escuchaste, hermana? ¡El señor Zambrano te está hablando! —Belén no aguantaba las ganas de ver la reacción de Joana.

Sabía que a Joana no le faltaba dinero.

Después de tantos años como esposa de alguien influyente, seguro tenía su guardadito.

¡Ojalá le sacaran todo! Así, todo el tiempo que pasó en la familia Rivas acabaría siendo en vano.

—Hablo contigo, señora Belén.

La voz de Arturo cayó como una pesadilla.

Belén creyó haber escuchado mal, preguntó dudosa:

—Señor Zambrano, ¿me habla a mí?

El semblante de Arturo ya no era el mismo de antes, calmado y amable.

Le dirigió una mirada tan dura que parecía estar viendo una pila de basura.

Belén no sabía si lo que sentía era miedo o confusión.

Quiso convencerse de que no era lo que pensaba.

Después de todo, había hecho todo perfecto.

Hasta se había lucido ante la mamá de Joana.

Sin embargo, mientras daba vueltas a sus ideas, de repente se escuchó en la habitación la grabación de su propia voz “delatando”, justo en el momento en que decía: “¡Joana es la peor asesina!” y “Quiero una compensación de cincuenta millones”.

El volumen estaba al máximo.

Fue hasta entonces que Belén entendió contra quién iba todo esto.

—Señor Zambrano, ¿no que usted me entiende? ¿No graba esto para recordarle a mi hermana cómo debe comportarse en el futuro? —Belén aún se aferraba a una esperanza.