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Cuando el Anillo Cayó al Polvo romance Capítulo 95

El dobladillo y el escote del vestido estaban adornados con plumas blancas que colgaban como flecos, dándole un aire etéreo, justo lo que encajaba con el estilo de Jimena.

Joana se puso los guantes y se acercó para examinar con detalle la confección interna del vestido.

—La tela de gasa es ligera, pero nada transpirable. Lo bueno es que el diseño es tan ingenioso que lo compensa —comentó, pasando los dedos por la costura—. Para la alfombra roja, los fotógrafos usan los flashes a todo lo que da. Creo que deberíamos añadir una capa fina de encaje en la cintura, así evitamos accidentes.

Cristóbal había mandado a un asistente, quien fue anotando todo lo que Joana sugería.

De repente, la mano de Joana se detuvo un instante.

El asistente, notando el cambio, preguntó con nerviosismo:

—¿Le pasó algo, señorita Joana?

Joana, con el ceño fruncido, tiró suavemente de la parte interna en la espalda del vestido y sacó una aguja plateada, tan larga como una falange.

El asistente tragó saliva, visiblemente alterado.

¡Ese lugar estaba tan escondido que, si no revisabas con lupa, ni cuenta te dabas!

Si Jimena se lo hubiera puesto así, quién sabe qué desastre habría pasado.

—Aquí hay también un gancho sujetador, pero no lo puedo mover. Si lo quito, todo el vestido se desbarata —advirtió Joana, girando hacia el asistente, que ya estaba pálido—. Ve y llama a los del taller.

...

—¡Esto ya es el colmo! ¡Estas dos piezas costaron un millón de pesos y nos salen con esto! ¿¡Qué clase de broma es esta!? —reclamó Cristóbal, con las manos en la cintura, rojo de coraje.

—¿Y ya contactaron a la gente de Diseño Integral Rivera? —preguntó Jimena, que acababa de terminarse el maquillaje y ya venía arrastrando el cansancio.

Ahora, justo cuando más lo necesitaban, pasaba esto.

Cristóbal, todavía enojado, bufó:

—¿Contactar? ¡Uf! Se sienten mucho. Apenas supieron que no hay video de la prueba de entrega, soltaron que el vestido lo hizo personalmente su jefe y que jamás podría tener un error así. Hasta insinuaron que queríamos zafarnos de pagar el vestido.

Jimena soltó una risa amarga.

—O sea que, en pocas palabras, no van a reconocer su error.

Joana, que estaba a un lado de Jimena, preguntó con una arruga de preocupación en la frente:

—¿Entonces cuándo dicen que mandarán a alguien a arreglarlo?

La preocupación en su mirada se intensificó.

Jimena intentó llamar varias veces, pero nadie respondía.

Al final, fue Cristóbal quien le quitó el celular de las manos con suavidad.

—Ya no marques, Jimena. Mejor mira Twitter, checa lo que está en tendencias.

[#BOMBA: Lorenzo regresa y crea vestido exclusivo para Tatiana en los Premios Cinépolis de Oro#]

[#BOMBA: Lorenzo publica raro tweet: La musa y sus “compinches”#]

Joana abrió uno de los hashtags sin darle mucha importancia. Lo primero que vio fue el último tweet de Lorenzo.

La foto mostraba a cuatro personas: un joven apuesto a la izquierda de Tatiana, Hernán a su derecha.

Detrás de ellos, casi fuera de cuadro, otro hombre hablando por celular. Era Fabián.

Vaya, la musa y sus "fans" más fieles juntos y en pleno desfile.

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